Sus muros ocupaban las hoy vanguardistas paredes del Museu de Belles Arts. Fue orfanato, pero también un recurso asistencial para hijos de familias desestructuradas, así como aquellas que estaban al borde la pobreza absoluta tras la guerra civil. Fue el referente del Auxilio Social en Castelló. El Hogar Sierra Espadán hubiera cumplido 75 años el pasado 5 de marzo. Diversas generaciones de castellonenses pasaron por sus aulas, recibiendo educación y una formación para su futuro.

Del Sierra Espadán salieron artistas como Collado y González Alacreu, y también personajes de la vida social castellonense, como el que fuera jefe de protocolo del Ayuntamiento de Castellón e impresor, Andrés Renau; el exmiembro de la antigua Junta Central de Festejos de la Magdalena, Carlos Pérez Díaz; el representante para España de la marca Omega, Rodrigo Carbonell; Manuel Agut, el popular turronero de Benlloc; Bartolomé Motos, uno de los primeros maestros de Educación Física que tuvo Castelló, Cristóbal Bellés, del colegio San Cristóbal... y tantos otros en un carrusel de vivencias.

Así lo explica para Mediterráneo, Andrés Renau, quien, entre la añoranza y la gratitud, califica de «positiva» su estancia en el Sierra Espadán. «Nos daban ropa para vestirnos y alimentación, haciendo las cinco comidas diarias, que no era lo habitual en aquellos tiempos», concreta. Unos años de «educación y disciplina», señala.

Cita a los primeros maestros, «Álvaro Mormeneu, Joaquín Roca (padre del que fue presidente del Club Deportivo Castellón, Ximo Roca) y Vicente Pascual (hijo de Josep Pascual Tirado, el autor del cuento mitológico y costumbrista por Tombatossals)», relata el propio Renau, consciente de la importancia de tener un sitio donde comer y dormir en aquellos tiempos oscuros. Un recurso social que fue creciendo bajo la égida del que fuera patricio castellonense de la época, el polémico para muchos José Ferrandis Salvador.

Renau añade «la suerte» de haber estado allí, «frente a las penurias de una posguerra de hambre y mucho silencio».

«Nosotros teníamos hasta vacaciones de verano», dice. «Ibamos unos días a la playa y después al centro de la Bartola en el Desert de les Palmes», indica Renau, a quien le vienen a la memoria las fiestas del día de la patrona del Auxilio Social, Nuestra Señora de San Lorenzo.

Jaime Martínez, el primer niño que llegó al Sierra Espadán, con apenas 8 años, rememora su infancia y juventud pasadas en aquella institución: «Fue algo especial, recibí una formación y además me labré un futuro».

Partidos de baloncesto

También nostálgico y vehemente se muestra Bartolomé Motos. Describe que «el Hogar Sierra Espadán era un hotel de cinco estrellas para aquel tiempo». «Un sitio donde practiqué mucho deporte con especial incidencia en el baloncesto y con inolvidables partidos contra el equipo de las Escuelas Pías», manifiesta Motos. Una practica deportiva que le sirvió en el futuro para convertirse en uno de los primeros profesores de Educación Física que tuvo la provincia de Castelló.

Y en este vaivén de sensaciones y sentimientos, al cumplirse el 75º aniversario del Sierra Espadán, las palabras de Bartolomé Motos se dirigen a la primera Magdalena en su estructura actual en 1945: «Fuimos a la romería en un camión que nos proporcionó Ferrandis Salvador».