Después de una longeva trayectoria como diplomático, siendo embajador hasta en ocho ocasiones, se puede decir que Jorge Fuentes ha vuelto a sus orígenes en la provincia de Castellón, pues sus padres eran de Burriana y en la actualidad reside en una conocida urbanización de Benicàssim. En su laureada carrera sobresale su liderazgo en la reconstrucción de Croacia tras la Guerra de los Balcanes, donde dirigió una delegación de mil personas, aunque también ha pasado por las embajadas de Bruselas, Washington o Sofía.

-¿Qué personalidades, de todas las que ha conocido, le han marcado más?

-San Juan Pablo II, George Bush padre, Bill Clinton o Juan Carlos I, que fue un gran rey pese a sus debilidades. Su reinado quedará como uno de los importantes en los últimos seis siglos. En España también me causaron buena impresión Aznar, Felipe González o Rajoy. Con Pedro Sánchez no llegué a trabajar porque me jubilé antes, pero viendo el panorama actual casi debo decir que me alegro porque no sé si hubiera sido ahora un buen servidor del Estado.

-¿Y cuáles son los episodios que vivió en primera persona que más recuerda?

-En primer lugar el Mayo del 68 francés, que me cogió estudiando en París. Es curioso que muchos en España dicen que lo vivieron en primera persona, pero yo no vi a nadie de ellos (ríe). Creo que fue un movimiento que marcó a una generación, aunque con el paso del tiempo creo que fracasó, quedó en agua de borrajas. Como muestra, de ahí no surgió ningún partido y como político tan solo sobresalió Dany Le Rouge. En España, por ejemplo, Podemos ha sacado mucho más rédito de una sublevación menos importante como fue la del 15M. También conocí la Yugoslavia de Tito, que daba la impresión que era un país con futuro, pero su sucesor, Milosevic, no fue capaz de mantener unido el país y tuvimos que crear un país desde cero después de una guerra muy cruel. Quedé muy contento con el trabajo que hicimos en Croacia y de hecho todavía mantengo una muy buena relación con su presidenta actual, igual que con la directora del FMI, Kristalina Gorgieva, pues fui tres veces embajador español en su país, Bulgaria.

-¿Qué debe tener un buen diplomático?

-Lógicamente, idiomas, pero no solo eso, pues el mundo está lleno de grandes intérpretes que no podrían ser embajadores. Ahora hay que prepararse 350 temas de materias jurídicas, económicas, históricas y políticas, y también tener una gran cultura general. Un diplomático debe reunir varias profesiones en una. Desde político a notario, periodista o espía, aunque el diplomático siempre tiene que trabajar en procedimientos legales, y los espías en ocasiones bordean el límite. Y por último, también hay que ejercer como hostelero, pues sueles recibir en tu casa a delegaciones muy grandes y aunque he llegado a tener hasta cinco personas de servicio, hay que gestionarlo todo.

-¿Cómo valora la coyuntura actual?

-A nivel nacional, difícil. Estoy seguro de que Catalunya y País Vasco nunca serán independientes, pero de que seguirán dando la lata no me cabe la menor duda. Se han hecho cosas mal como haber dejado la educación o la gestión de medios de comunicación públicos en manos de las autonomías y harán falta décadas para revertir la situación. No voto a Vox, pero se explica su crecimiento por estas causas y tampoco les veo neofascistas o de extrema derecha porque he visto a muchos partidos de esas características en mi vida y no creo que se parezcan en nada.