Era de esperar, pero ayer el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, lo anunció durante su visita al hospital de campaña, que conecta directamente con Urgencias del Hospital General de Castelló. La reforma de este servicio se aplaza por el coronavirus. El ambicioso proyecto valorado en cuatro millones de euros se quedó a las puertas de ser adjudicado antes de estallar la crisis sanitaria, ya que las obras debían empezar ahora, es decir, antes del verano.

Puig indicó que el próximo septiembre empezará un nuevo proceso de licitación. De todos modos, no está previsto que las obras empiecen hasta el 2021, una vez se aleje la amenaza de una segunda oleada de contagios, que los expertos prevén para otoño aunque podría adelantarse.

La cuantía presupuestada durante este ejercicio para el inicio de los trabajos podrá destinarse a otros gastos sanitarios, tras el millonario desembolso realizado para hacer frente a la pandemia. De todos modos, resulta relevante que, a pesar de la crisis sanitaria, el proyecto siga en pie.

La intención de Sanidad es que el hospital de campaña permanezca más allá de diciembre, fecha prevista inicialmente para su desmontaje. Hasta el momento, no ha sido necesario derivar pacientes ingresados y se ha empleado para realizar pruebas diagnósticas. «Esperamos que sea útil para cuando comiencen los trabajos y se puedan llevar a cabo más rápidamente», apuntó Puig en relación al plazo de ejecución previsto en 24 meses por fases para mantener toda la actividad asistencial.

«En una etapa como la actual, que no sabemos qué pasará en septiembre u octubre, no podemos quitar la mitad de las urgencias por si hay un rebrote, y por tanto solicitamos aplazarlas a octubre/noviembre como mínimo, y, si no hay casos, empezarlas», señaló el gerente del Hospital General, Ricardo Tosca.