La desaladora de Moncofa entró en funcionamiento el pasado 29 de marzo, trece años después de que el Gobierno anunciara su construcción y cinco desde que las obras finalizaran. Los plazos de la Unión Europea, que obligaba a España a pagar 35 millones si las instalaciones no se ponían en marcha ese mes, llevaron a los ayuntamientos y a la empresa pública Acuamed a alcanzar un acuerdo in extremis por el que la desalación arrancaba, sí, pero a medio gas. El compromiso de todas las partes era el de buscar nuevos usuarios que incrementaran la actividad, pero una de las puertas que se dejaron abiertas, la de usar agua desalada para riego agrícola, la cerraron ayer con rotundidad los regantes.

Así lo manifestó el nuevo presidente de la Federación de Comunidades de Regantes de la Comunitat (Fecoreva), Salvador Marín, quien tras la junta general celebrada en Vila-real afirmó que solo ven viable la utilización de agua desalada como «último extremo» en casos de necesidad manifiesta, como sequías prolongadas. No obstante, y pese al escenario de cambio climático, advirtió de que con las tarifas actuales es «inviable» su uso habitual.

Incluso más contundente fue el presidente del Sindicat Central d’Aigües del Millars, Enrique Font, quien aseguró que a un precio ya de por sí mayor al que los regantes abonan por los recursos hídricos procedentes de ríos y embalses habría que añadir otros sobrecostes. «Las desaladoras están al nivel del mar y sería necesario bombear el agua por lo menos a 100 metros de altura para, a partir de ahí, distribuirla», explicó un Font que ve muy difícil que esta posibilidad se haga realidad.

AGRICULTORES INTERESADOS

Pese a que el precio es un importante impedimento, desde la puesta en marcha de la desaladora de Moncofa sí ha habido regantes y agricultores de la Plana Baixa que se han mostrado favorables a negociar con Acuamed unas condiciones más favorables para resolver sus problemas de riego. Uno de esos casos es le de la partida la Punta, situada en la zona más baja del término municipal de la Vall d’Uixó y cuyas aguas subterráneas presentan crecientes problemas de salinización, lo que ya afecta a la producción citrícola, informa Miguel Á. Sánchez.

En este sentido, el presidente de la comunidad de regantes de esta partida, Jose María París, apuntó que la balsa de donde se abastecen está «a escasos 150 metros del conducto que lleva el agua desalada a Xilxes», con lo que no sería necesario acometer ninguna obra importante para conectar ambas infraestructuras. Eso sí, París reconoció que habría que negociar un precio que hoy por hoy es «prohibitivo».

El ejemplo en el que se miran los regantes de Castellón es el de Torrevieja, donde los agricultores están pagando el agua desalada seis veces más cara que la que llega del trasvase Tajo-Segura, lo que en palabras de uno de los portavoces de las entidades de riego de la zona, Ángel Urbina, «condiciona la viabilidad de las plantaciones». En la provincia, la diferencia podría no ser tan elevada, pero sí hay cálculos que prevén que el precio medio, que ronda los 0,38 céntimos por metro cúbico, podría más que doblarse y alcanzar --o superar--el euro/m3.

A MEDIO GAS // Si Acuamed debe buscar nuevos usuarios es porque las desaladoras han arrancado a medio gas. En el caso de Moncofa, solo produce 300 metros cúbicos al día para abastecer a los vecinos de esta localidad y de Xil-xes, lo que supone un 10% de su capacidad a pleno rendimiento. Otras alternativas a los usos agrícolas son los industriales (la azulejera STN está interesada en utilizarla) o turísticos, pues hay un cámping que podría usarla tras instalarse en Moncofa.