La propuesta del conseller de Educación, Vicent Marzà, de regular los deberes genera dudas a las asociaciones de madres y padres de alumnos (AMPA). Màrius Fullana, presidente de la confederación autonómica de AMPA Gonzalo Anaya, explica: «No lo tenemos claro; no lo hemos acabado de debatir, porque hay diferentes posicionamientos». «Una regulación lo que puede provocar es que te veas obligado a hacer deberes y nosotros cuestionamos incluso su obligatoriedad», manifiesta. Fullana prevé un «amplio seguimiento» entre las AMPA de Castellón, Valencia y Alicante de la huelga de deberes en fin de semana, que se desarrollará en noviembre. «El tema es cómo va a ser la regulación», indica Silvia Centelles, presidenta de FAMPA Castelló Penyagolosa. «Si se regulan da pie a que, de alguna forma, sea obligatoria una cierta cantidad. A lo mejor la regulación es a mínimos, pero si se está regulando ya da pie a que como mínimo haya algo obligatorio», dice. Por ello, Centelles pide que, «si realmente se va a hacer una regulación, que cuenten para elaborarla con las familias y la comunidad educativa». «A lo mejor esa regulación podría ir en base a que signifique una prohibición».

Fullana explica que si las tareas fuera del colegio han de completar el currículo que se imparte en clase «crean discriminación». Resalta que «igual la familia está trabajando y no puede atender a los niños o no tienen los conocimientos suficientes o recursos para pagar a un profesor particular o una academia, con lo que están discriminados con respecto a aquellos que sí disponen de recursos». Además, destaca que el tiempo libre pertenece a las familias y no es algo que deba determinar el profesorado, y si lo hace, se está «inmiscuyendo». Apunta que esto lo reconoce la carta de los Derechos del Niño y la Constitución. Añade que en otras comunidades hay familias que han acudido a los tribunales por considerar que eran excesivos los deberes y han ganado.

DISTINCIÓN // Él distingue entre que los niños puedan leer o estudiar para un examen frente a la necesidad de incrementar fuera del horario escolar el currículo. A esto último se opone: «Si no pueden hacerlo todo en clase, que se cambie el currículo». «Lo que nos cuestionamos es qué están aprendiendo nuestros hijos», dice.

«Si es precisa tanta información o es mejor educar en valores y otras habilidades», comenta. Algo que se habrá de debatir entre la comunidad educativa. De momento, han «hablado con consejos escolares y claustros para hacer un planteamiento colectivo y la respuesta del profesorado ha sido muy positiva. La Conselleria y los directores están entrando en el debate», señala. H