L a implantación de la conexión a internet mediante redes de fibra óptica avanza en la provincia de Castellón, aunque a un ritmo notablemente más lento que en el resto de la Comunitat Valenciana, algo que se agudiza todavía más en las localidades del interior, con las implicaciones para el desarrollo del medio rural que conlleva.

El último informe de cobertura en España del 2019, elaborado por el Ministerio de Transformación Digital, revela que un 87% de la población tiene acceso a esta tecnología en la autonomía, cifra que en cambio en la provincia se reduce hasta cerca del 82%.

En este sentido, el director general de Alcance de la Sociedad Digital de la Generalitat, Pedro Pernías, apunta que «aunque los datos globales son positivos, no podemos estar suficientemente satisfechos, en especial por la situación de Castellón y, por tanto, se deberán impulsar acciones para corregir esta situación».

Y es que son las compañías las que desarrollan esta nueva infraestructura atendiendo, entre otros, al criterio de «rentabilidad», según suscribe Pernías, lo que ha llevado a la administración a impulsar ayudas para extender la prestación a áreas rurales.

La estrategia de despliegue prosigue y está previsto que la Conselleria de Innovación la impulse con un plan complementario al del Ministerio, tal y como anuncia Pernías, «de forma que se avance todavía más en llevar la banda ancha a todos los rincones». Ahora bien, en estos momentos 19.972 viviendas de Castellón siguen formando parte de una de las llamadas zonas blancas, es decir, continúan sin un plan viable en el plazo de tres años para contar con esta conexión de alta velocidad. H