La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, aseguró ayer que su papel en el proyecto del Castor se «resumió» en la firma de la declaración de impacto ambiental (DIA) y que «nadie recurrió en su momento». «Me parece frívolo pensar que un secretario de Estado pueda sustituir el criterio de tantos técnicos y administrativos», recalcó Teresa Ribera en el Congreso, que se escudó en los informes del Partido Popular para justificar su visto bueno. Además, recalcó que la decisión no se recurrió cuando suele ser habitual y casi «sistémico» hacerlo.

Las explicaciones de la ministra contrastan, sin embargo, con las manifestaciones que el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero hizo durante una visita a Benicarló en el 2015, cuando admitió sentir «la responsabilidad lógica como presidente que era» acerca del caso Castor.

Ribera fue, durante su etapa como secretaria de Estado de Cambio Climático con Zapatero, la encargada de firmar la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable al proyecto del almacén de gas, y que posteriormente fue parado por el Gobierno de Rajoy tras sufrir sucesivos seísmos la costa de Vinaròs en el 2013.

Ribera explicó que cualquier proyecto complejo de estas características tiene una «tramitación enormemente extensa» en la que participan numerosos actores, entre más de 20 organismos diversos, comunidades y municipios, que entonces elaboraron una propuesta de resolución.

La titular de la cartera ecológica, que en su primera respuesta en la Cámara apeló a la «transparencia», señaló que en su momento, y a petición del ministro Álvaro Nadal, la declaración fue avalada por los expertos de acuerdo al conocimiento científico disponible en aquel momento como el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y Harvard.

Durante la primera sesión de control al Gobierno, el diputado popular Teodoro García preguntó las consecuencias económicas y sociales que para España ha tenido el informe de impacto medioambiental favorable que Teresa Ribera firmó.