El presidente de Carns de Morella y alcalde de ese municipio castellonense, Rhamses Ripollés, criticó ayer en Les Corts el «linchamiento continuo» que a su juicio ha tenido «cualquier proyecto» de esta empresa por el «gran pecado» que tiene de ser de la capital de la comarca de Els Ports.

«Si esta empresa no fuera Carns de Morella no tendría ningún problema», aseguró Ripollés durante su intervención en la comisión parlamentaria de estudio sobre la viabilidad de los mataderos públicos, donde subrayó que desde que la empresa se creó en el ejercicio del 2004 no ha recibido «ninguna subvención».

Según Ripollés, el matadero de Carns de Morella, que precisó una inversión de 1,3 millones de euros para su construcción, solo ha recibido 10.000 euros para eficiencia energética y 50.000 para modernización de maquinaria, y los 140.000 euros que el Consell iba a darle el pasado año iban a servir para mejorar las instalaciones y la comercialización.

Esta ayuda de 140.000 euros estaba contemplada en los presupuestos del Consell para el 2016 y fue sustituida por convenios para mataderos de gestión pública mixta. Ello se debió a la polémica suscitada en los grupos de la oposición porque Carns de Morella había estado presidida por el entonces alcalde y actual president de la Generalitat, Ximo Puig, hasta junio del 2015 y la subvención fue concedida en un momento en que las ayudas nominativas estaban siendo suprimidas.