La portavoz del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Castellón, Verònica Ruiz, apeló ayer de nuevo al cumplimiento de la ley de Memoria Histórica del 2007 y al informe del comité técnico de expertos para la valoración de la retirada de los vestigios relativos a la Guerra Civil y la dictadura en la Comunitat elaborado en 2017 y que considera la cruz del parque Ribalta como un símbolo franquista, para insistir en la necesidad de cumplir la ley y retirar el monumento. No obstante, a falta de un plan arbóreo que se desarrollará donde ahora está la cruz, no hay fecha. Ruiz reiteró esta postura tras una semana en la que han vuelto a aparecer pintadas en alusión a Franco y la Asociación Española de Abogados Cristianos anunciara que ha presentado un escrito en el Juzgado Contencioso Administrativo de Castellón, mediante el que piden que prohíba al Ayuntamiento derribar la cruz. «La ley de memoria histórica del 2007 es muy clara y en un punto muy concreto dice que todos los símbolos que recuerdan a la represión franquista tienen que ser retirados».

«La cruz es un símbolo religioso, lo sé, pero la del Ribalta es un símbolo de represión franquista instalado en esta ciudad en el año 1944», aseguró la portavoz del equipo de gobierno. «Pese a que se quitaron las rúbricas iniciales, tras un acuerdo por mayoría, que no por unanimidad, en los años 80, no deja de ser un símbolo de represión franquista, no porque lo diga yo, sino la misma Conselleria mediante una comisión de expertos». «Es la Cruz de los Caídos, donde hasta hace bien poco se seguían haciendo manifestaciones de exaltación franquista en el aniversario de Primo de Rivera», recordó.