La orden ministerial adoptada supone un respiro a la Unidad de Seguridad Privada de la comisaría de Castellón, pero también a las patrullas que se desplazan al foco de la alarma cada vez que esta salta. Así lo ha confirmado el comisario, Jorge Marti, que recuerda que, como poco, los agentes pierden 30 minutos en cada salida, un tiempo que podría dedicarse a otras labores.

En función de la extensión del inmueble y de la diligencia de la empresa de seguridad privada que envía a su vigilante para facilitar la llave de entrada al inmueble, este tiempo se puede extender hasta las cinco horas. Además, siempre suelen desplazarse hasta el domicilio o la empresa en la que ha sonado la alarma dos patrullas policiales, ante el riesgo manifiesto de que los asaltantes vayan en grupo.