Los principales referentes entre quienes han apoyado abiertamente las tesis del ya exsecretario federal del PSOE, Pedro Sánchez, dieron ayer un paso atrás al no participar en la reunión de la ejecutiva nacional del PSPV que, convocada por su secretario general, Ximo Puig, tuvo como único punto del orden del día la grave crisis por la que atraviesa su formación y el debate suscitado sobre si facilita o no un Gobierno del PP.

En el encuentro, Puig defendió que sea el comité federal del PSOE, aún por convocar pese a que el tiempo apremia, el que decida la postura de la formación, pero no fue igualmente tajante a la hora de posicionarse, y aseguró antes del inicio de la reunión y sobre la posible abstención, que «la vida no es 50-50, ni es blanco ni negro, ni es un debate maniqueo», así como aseveró que «nadie quiere un gobierno del PP, me gustaría una decisión lo más favorable al interés general».

Según el líder del PSPV, al que nadie habría cuestionado ayer, desde el partido van a intentar que los militantes «sepan qué es lo que nos estamos jugando», y explicó que «finalmente se va a tomar una decisión», pero siempre «contando con los militantes y con los ciudadanos».

En cuanto a las ausencias significativas, José Luis Ábalos, secretario provincial de la formación en Valencia; Amparo Marco, presidenta de la agrupación local de Castellón y alcaldesa de la capital; o Susana Ros, exdiputada socialista; todos miembros de la ejecutiva del PSPV que han manifestado de forma pública su apoyo a la posición sanchista se ausentaron de esta cita clave en la que, en todo caso, la participación no fue masiva, indicaron desde el entorno de la reunión. Sí estuvo presente el concejal de Castellón, Antoni Lorenzo, quien también sería partidario del exsecretario federal, pero no intervino.

Igualmente, acudieron el diputado autonómico Ignacio Subías, y el secretario provincial, Francesc Colomer, así como el alcalde de Vila-real, José Benlloch. Ambos fueron los únicos castellonenses, además del secretario general, que defendieron sus puntos de vista, entre los más de quince que tomaron la palabra en una cita que se prolongó durante unas tres horas. En este sentido, Colomer señaló anoche que trasladó las resoluciones de la ejecutiva provincial de la pasada semana, que incluyen la exigencia de que los militantes validen cualquier cambio al «no es no» a Rajoy, aunque apenas queda tiempo para llevarla a cabo.

Precisamente la ausencia de los más críticos con la decisión de Puig de dimitir de la ejecutiva federal para forzar la abstención de Sánchez habría propiciado un clima de mínima tensión -siempre en el contexto de la máxima preocupación que sacude a todos los socialistas-, pese a que la deriva hacia la abstención en la investidura de Rajoy para evitar unas terceras elecciones parece cada vez más cerca. Un clima que coincide con el vivido en Castellón incluso por las ejecutivas más beligerantes con las acciones de los barones, como la de la capital. H