Caridad Carrión y Miguel Requena están rotos de dolor, apenas pueden articular palabra. Entre lágrimas, esta pareja de Benicarló narra la «pesadilla» que están viviendo tras la muerte de su bebé recién nacida por una presunta negligencia médica en el Hospital de Vinaròs. Los hechos ya han sido denunciados ante la Guardia Civil y Sanidad ha abierto una investigación al respecto. Tardaron 18 horas en hacerle una cesárea «porque ya veían que había sufrimiento fetal. La extrajeron con respiración manual y dijeron que el riego sanguíneo no le había llegado bien al cerebro y que le había faltado oxígeno». Una ambulancia trasladó a la recién nacida al Hospital La Fe de València, donde falleció.

«El embarazo fue perfecto, todo iba bien, estábamos tan ilusionados con la llegada de la niña para tener la parejita...», recuerda Caridad. «Me llevaban de un lado a otro e iban pasando las horas, yo confiaba en los médicos y hacía lo que me indicaban», asegura esta mujer de 29 años. «Me dicen que sea fuerte, pero no puedo, no le deseo a nadie pasar por lo que estoy pasando, no es una cuestión de fortaleza», señala.

Miguel explica que, después de denunciar el caso, les convocaron a «una reunión con la directora del hospital y responsables de Sanidad y, aunque he de decir que nos trataron bien, apenas nos dieron explicaciones sobre qué había sucedido. Se limitaron a comentar que nuestro caso estaba siendo estudiado y que todavía no les había llegado la denuncia, pero no nos emplazaron para otro encuentro».

La pareja tiene otro niño. «Delante de él procuramos no hablar del tema, a veces pregunta por su hermanita porque él también estaba muy ilusionado». A Caridad le indigna que la persona que considera responsable «siga trabajando y atendiendo a otras embarazadas». Ella y su pareja confiesan no tener claro que su denuncia prospere, pero confían en que pueda servir «para que esto no vuelva a ocurrir».