El mosquito de la marjal y el mosquito tigre están causando estragos en la provincia de Castellón. Ayuntamientos y vecinos han expuesto sus quejas en las últimas semanas, reclamando nuevas medidas contra las plagas. Pese a ello, ni la Conselleria de Sanidad ni la Diputación de Castellón piensan variar sus planes actuales. Esa conclusión desprendió la intervención de la consellera de Sanidad Universal y Salud Pública Ana Barceló, y el presidente de la Diputación Josep Martí, que se reunieron ayer en las Aulas.

Martí admitió que las lluvias pasadas y el calor que perdura en el territorio están agravando el problema, pero defendió los tratamientos actuales. «La Diputación», explicó Martí, «apoyando a los municipios que tienen esa competencia, invierte una cantidad importante de dinero, en torno al millón de euros, en los tratamientos que se están llevando a cabo y que continuarán». El presidente, aun admitiendo que «el calor y las lluvias han hecho que se incremente (la plaga), nuestro plan es el que está presupuestado y se seguirá llevando adelante».

Consecuencias // Tampoco anunció nuevas medidas la consellera Barceló, que hizo hincapié en las consecuencias para la salud que tienen las fumigaciones. «Todas las fumigaciones y sobre todo las aéreas», apuntó la consellera, «tienen consecuencias para la fauna, para la flora y también para las personas». Por este motivo, el sistema en la Comunitat es de los más restrictivos, y no suele autorizar las fumigaciones aéreas preventivas, a diferencia de otras comunidades. Por ejemplo, como publicó Mediterráneo, en Cataluña, Baleares, Murcia o Andalucía, este tratamiento se aplica sin la necesidad de conseguir la autorización autonómica, por lo que los ayuntamientos tienen un mayor margen de maniobra. No es así en la provincia de Castellón, ni lo será, al menos, en el corto plazo. La consellera Barceló explicó que «en la Comunitat, dada nuestra orografía sí tienen que pedir las administraciones autorización a Salud Pública, que tiene que ver en qué área se va a realizar la fumigación, y si puede afectar a la fauna, la flora y sobre todo a las personas». «Tenemos que prever si hay consecuencias en los ciudadanos», incidió.

Ajenos a estas cuestiones, los mosquitos siguen generando molestias. El de la marjal en espacios abiertos y, en el caso de la especie invasora del mosquito tigre, con una presencia creciente en la provincia. Según los últimos datos publicados por la propia Conselleria de Sanidad, los controles periódicos del Laboratorio de Entomología y Control de Plagas de la Universidad de València indican que el mosquito tigre ha invadido ya 72 municipios de la provincia de Castellón, tanto en el interior como en la costa