La Conselleria de Sanidad tendrá el año que viene 8,3 millones de euros más, es decir, 35,3 millones de euros para intentar rebajar la lista de espera para operarse de alguna dolencia no urgente. Y es que la demora sigue disparada con una tardanza media de más de tres meses y con situaciones totalmente insostenibles como los seis meses de retraso para operarse de varices o el año para cataratas. Con este aumento de recursos, la consellera de Sanidad, Ana Barceló, quien ayer explicó, en Les Corts, sus cuentas para el próximo año, cifradas en 6.765 millones, busca poner remedio a una situación que, hasta el momento, no se ha logrado controlar ni abriendo quirófanos por las tardes en la pública, con el denominado autoconcierto, ni derivando a pacientes a clínicas privadas con el plan de choque.

De todos modos, en la provincia de Castellón, este último casi no tiene cabida si se tiene en cuenta que el único hospital privado existente no está adherido a este programa. Por tanto, las derivaciones se producen, por ejemplo, a nivel de oftalmología desde el Hospital General de Castelló a varias clínicas de València. De todos modos, la mayoría de personas pendientes de una intervención rechaza operarse fuera de la pública y prefiere esperar.

Además, como ya avanzó Mediterráneo, desde el pasado lunes el Hospital Provincial de Castelló opera también dos días por la tarde de cataratas debido a la elevada demora acumulada.

En los presupuestos del próximo año, habrá 16 millones para operar por las tardes en los hospitales públicos y 5,2 para la contratación de profesionales que permitirán optimizar el rendimiento de los quirófanos, mientras que los otros 14 se destinarán al plan de choque. Por tanto, la administración de Barceló se aleja de lo marcado en su día por la consellera Carmen Montón, que apostó por relegar la colaboración público-privada.

En cuanto a los datos de la lista de espera en la Comunitat Valenciana, la curva de bajada de los últimos tres trimestres es suave y pese al mayor esfuerzo presupuestario la lista sigue a niveles de diciembre del 2017 aunque peor que entonces: son muchos más los pacientes atrapados en ella. El pasado marzo se marcó un récord histórico con 68.902 personas en lista. Además, los datos que están ahora pendientes de publicarse con las cifras de agosto a septiembre se antojan negativos al recoger el parón veraniego en los quirófanos. De ahí que, desde el PP, se le recriminase ayer la falta de estos datos.