Más allá del dinero hay un asunto muy, muy importante del que depende la felicidad de un individuo, y no, no es el amor. Es la salud. Y cuando surge un problema, desde un dolor de espalda, un simple resfriado o un bulto en el pecho, todos queremos un respuesta rápida. Y esa es, sin duda, una de las bazas con las que juega la medicina privada. Las pólizas de salud no han parado de crecer en España hasta llegar a los 11,5 millones de personas cubiertas, un millón más que hace cinco años. En Castellón sucede lo mismo y la cifra personas que cuenta con un seguro médico privado sigue sin tocar techo. Al contrario, bate récords año tras año, como también lo hace el número de empresas dedicadas a prestar servicios de carácter sanitario: ya son 1.629.

Las últimas cifras que maneja la Asociación Empresarial del Seguro (Unespa) no dejan lugar para la duda. En Castellón el 17,08% de la población ya dispone de un seguro médico privado, lo que significa que algo más de 98.000 personas tienen suscrita una póliza de salud. Hace tres años el porcentaje era inferior, del 15%, con lo que desde el 2015, la medicina de pago ha ganado en la provincia casi 10.000 asegurados. De esos 98.000, casi 83.000 disponen de un servicio de prestación de servicios, mientras que el resto son seguros de subsidio por enfermedad. Pese al aumento registrado, Castellón aún está por debajo de la media nacional, que se encuentra en el 24,7%. En Valencia, el 19,94% de la población dispone de un seguro de salud mientras que en Alicante el porcentaje es algo más bajo, del 15,19%, siempre según los últimos datos estadísticos de Unespa.

La pólizas de salud hace años que viven un momento dulce y en el 2018 tiraron del sector con un 5,6% de crecimiento y una facturación en España de 8.520 millones de euros. «Es el segundo seguro más contratado, después del automóvil, y muestra una tendencia hacia el crecimiento a tasas más elevadas que el resto de ramos» explicó Pilar González de Frutos, presidenta de Unespa durante la presentación de los resultados del último año. Sus ventas han aumentado impulsadas por las redes bancarias pero también por los seguros colectivos que contratan las empresas para sus empleados. De hecho, la modalidad más contratada es la de asistencia sanitaria, que ha crecido el 6,02%. El seguro de subsidio, que proporciona una renta en caso de baja por enfermedad, ha engrosado en un 3,88%, mientras que el de reembolso de gastos lo ha hecho el 1,9%.

La medicina privada vive un boom en Castellón y quien también lo corrobora es hospital Vithas Nisa Rey Don Jaime, en la capital. Durante el 2018 ha atendido a 195.612 pacientes, un 8,3% más que un año antes, cuando fueron 180.469. «La excelencia de nuestro equipo de profesionales es fundamental en el crecimiento que experimentamos cada año», explican fuentes del grupo Vithas, que insisten en la importancia de que servicios se adapten de manera constante a las necesidades del paciente. «En el 2018 hemos puesto en marcha la unidad de ejercicio oncológico, que es clave para mitigar los efectos secundarios de la medicación y ayudar al paciente a sobrellevar mejor el tratamiento. A nivel tecnológico, ese mismo año, también incorporamos novedades, como el navegador más avanzado a nivel internacional para el abordaje de algunas de las arritmias cardiacas clasificadas como complejas», explican desde el grupo sanitario.

La salud importa cada vez más, pero hay otro motivo que explica del auge imparable de la sanidad privada: los recortes en la pública. De hecho, el mayor incremento en el número de asegurados se ha producido desde el 2013, momento en el que empezó a bajar la satisfacción de los usuarios del gran paraguas público de cobertura sanitaria, al tiempo que crecían las listas de espera. Un ejemplo. En la Comunitat Valenciana la espera media para someterse a una intervención quirúrgica es de cuatro meses (datos del pasado mes de septiembre) aunque la demora es mucho mayor en las especialidades de neurocirugía, cirugía vascular y traumatología. «Es una evidencia que la sanidad pública se está empobreciendo, que los medios son escasos y que si se estropea un TAC se tardan meses en repararlo. Ante esta situación, hay muchísima gente que ha optado por irse a la privada», argumenta Carmen Flores, presidenta de la Asociación Defensor del Paciente, que denuncia que las listas de espera en la sanidad pública son kilométricas. «Y el problema es que solucionar todo esto no está en la agenda política. Faltan camas en los hospitales, falta personal, faltan medios... Y al final quien pierde es la persona que está enferma», añade Flores.

Otro indicador que explica el crecimiento de la sanidad privada en la provincia es el número de empresas que ya ofrecen servicios sanitarios. En Castellón, y según el Directorio Central de Empresas (DIRCE) del INE ya son 1.629, casi un 9% más que hace seis años, cuando eran 1.498.

La degradación del sistema público ha llevado a miles de familias a la doble cobertura con el objetivo de sortear las listas de espera y la mayor parte de los expertos sostienen que la sanidad pública y la privada se necesitan. «El términos de descarga de presión financiera, el ahorro generado por el seguro privado se sitúa en 4.500 millones de euros al año», aseguran desde la Fundación Idis, una asociación que agrupa a los mayores grupos hospitalarios y de seguros de España. H