Es el referente de Castellón dentro de la Confederación Empresarial Valenciana. Un colectivo con un papel destacado en el diálogo social abierto en la Comunitat para recuperar el pulso perdido a causa de la pandemia.

--¿Cuáles son las recetas de la CEV para recuperar la economía de Castellón tras el coronavirus?

--Tenemos toda una serie de propuestas, nacidas del trabajo de las 18 comisiones de trabajo de la CEV y encaminadas a aumentar la competitividad. Necesitamos más diálogo social, agilidad administrativa y seguridad jurídica, además de liquidez, la colaboración público-privada y el impulso de la innovación. Castellón cuenta con un tejido industrial fuerte y un sector turístico potente. Sin embargo, ambos están sufriendo las secuelas que dejará esta crisis. Dar oxígeno a estos sectores, igual que a las pequeñas y medianas empresas y a los autónomos, es fundamental.

--¿Qué posibilidades hay de un acuerdo satisfactorio para todos en la comisión de reconstrucción de la Generalitat?

-Como bien dijo el presidente de la CEV, Salvador Navarro, la negociación es ceder y esa cesión tendrá que hacerse por todas las partes. Está en juego la supervivencia de empresas y miles de puestos de trabajo, y llegar a un acuerdo es urgente y necesario.Deberemos pedir responsabilidad a quien no respete el dialogo social y los acuerdos alcanzados, porque depende en gran medida el éxito de la recuperación.

--¿Cómo valora las acciones de las diferentes administraciones?

-Las valoramos, pero no están siendo suficientes. El descenso en la actividad e incluso el parón en algunos sectores de gran importancia han generado un shock que necesita del apoyo público. Así lo hemos reivindicado desde el inicio con la petición de la exención temporal de tributos -que no suspensión-, el aplazamiento de las cuotas a autónomos o la apertura de líneas de avales públicos. Del mismo modo hemos pedido la flexibilización de los expedientes de regulación temporal de empleo. Algunas sí se han llevado a cabo, pero no serán efectivas si no se adaptan al cambio de escenario al que nos enfrentaremos tras la crisis sanitaria.

--Colectivos empresariales critican que las ayudas llegan tarde y son de tramitación compleja. ¿Hay compañías que pueden quedarse en el camino?

-Sin duda y así lo venimos alertando. Las empresas necesitan liquidez, deben poder atender el pago de los salarios a sus trabajadores y también a sus proveedores, de lo contrario se produciría un colapso. A ello se suma nuestra petición de reducir trámites. En este sentido se sitúa el Plan Agiliza en el que la CEV trabajará codo con codo con la Administración para reducir la burocracia.

--Esta semana han salido los datos del paro en Castellón. ¿Hay miedo de que las suspensiones de empleo acaben en despidos?

-Evidentemente. Mayo ya empiezan a mostrar un punto de inflexión, pero de todos modos son datos preocupantes que, además no incluyen a los afectados por los ERTE. Hay que flexibilizar la regulación temporal de empleo y que sus condiciones se mantengan más allá del estado de alarma. La reabsorción de todos los puestos de trabajo será complicada a corto plazo, y hay que aplicar políticas con esa realidad.

--¿Como funcionan los motores de la economía de provincial?

-La industria es eminentemente exportadora y por ello depende también de la evolución de la crisis sanitaria en los países destino de nuestros productos. La agricultura ha sido olvidada y desprotegida, y ahora ha demostrado su verdadera valía y el compromiso de su gente con la sociedad. El turismo y la hostelería son de los más golpeados, prácticamente su actividad se ha visto reducida a cero y la reactivación no es sencilla, por lo que necesitan de ayudas. La construcción puede contribuir a la recuperación, con infraestructuras o rehabilitación de viviendas, que generará empleo si sabemos darle impulso. Y en el caso de la cerámica, la caída de la demanda ha sido muy importante. Sin embargo, y a pesar de estas cifras negativas, creemos que el mantenimiento de la actividad, aunque en bajos porcentajes ha permitido salvaguardar puestos de trabajo.

--¿El ingreso mínimo vital es la constatación de que ya no hay empleo para todos?

-Recuperar todos los puestos de trabajo a corto plazo va a ser complicado y más teniendo en cuenta el peso de sectores como el turismo en Castellón, pero estamos ante una situación de carácter coyuntural. Hemos pedido en Les Corts que se mantengan los niveles de renta y se asegure que ningún desempleado o autonómo quede atrás. El ingreso mínimo vital debería acompañarse de medidas que fomenten la empleabilidad, y conseguir estar por debajo del 10%. El objetivo debe ser el pleno empleo porque eso es lo que la sociedad requiere. Aunque sabemos que es difícil.

--¿Qué perspectivas hay para nuestras exportaciones?

-Ha sido la fuente de liquidez de muchas empresas durante el parón forzoso de abril. La exportación y la innovación siempre han sido aliados en la recuperación de las anteriores crisis; sin embargo, actualmente estamos ante una crisis mundial y la incertidumbre es compartida con los mercados potenciales. Confiamos en que la reactivación de la actividad permita ir recuperando producción y mercado.

--La CEV está en la primera línea de las reivindicaciones del corredor mediterráneo. ¿Cómo le va a afectar el virus?

-Esta semana conocíamos la noticia de la aprobación del estudio informativo para la implantación del ancho estándar en el tramo Castellón-Tarragona. Es una buena noticia y una señal de que, de momento, el virus no ha afectado estas infraestructuras.

--¿Qué inversiones deben aplicar las administraciones para relanzar la actividad económica?

-La innovación no puede esperar, y tendrá que llegar tanto por parte del sector público como del sector privado. Necesitamos políticas activas de empleo efectivas, orientadas a los desempleados, pero sin perder de vista las necesidades y demandas del tejido productivo.

--En el comienzo del confinamiento faltaron mascarillas, pero no alimentos de nuestros agricultores. ¿La sociedad está en deuda con este sector?

-Sin duda, y debemos apoyarles en sus reivindicaciones. Hemos superado la primera etapa de la crisis sanitaria, gracias en gran medida a todos aquellos sectores que han permanecido, por ser esenciales, en sus puestos.