Frío. Es lo que más ansía el sector citrícola. Y es que solo cuando el mercurio desciende en los termómetros europeos se activa el consumo de naranjas y clementinas. Y esto es este año más necesario que nunca, cuando la campaña no acaba de arrancar y avanza «al tran tran», como reconoce el presidente de la patronal provincial Asociex, Jorge García. Con las primeras bajas temperaturas, que se han comenzado a sentir estos días en Europa central, tanto García como los representantes de los productores esperan que se produzca un alza de la demanda de las grandes cadenas de distribución, que esto contagie a las compras en el campo y, por consiguiente, a los precios.

Y es que, a pesar de que este año la fruta «es mejor, tanto en su apariencia externa, como en su calidad interna», como señala el responsable de cítricos de Fepac-Asaja, José Francisco Nebot, las cotizaciones no están acompañando. Y eso que «todos van buscando la clemenules, que se está recolectando», señala su homólogo de la Unió de Llauradors, José Ramón Urbán. Es decir, que, justo cuando arranca el grueso de la campaña, hay interés por esta variedad, al contrario de lo que ha sucedido durante la primera parte de la temporada con otras, como la okitsu o la navelina, que en muchos casos se han quedado en el árbol (afortunadamente, en Castellón se cultivan poco).

Así las cosas, «ahora ha de comenzar el tirón» en las compras, señala a este diario García, quien reconoce que, hasta Navidad, es el momento de las clementinas y concretamente de la clemenules. Y para este año esto se puede ver reforzado, ya que muchos agricultores han llevado a cabo tratamientos para retrasar la maduración de la fruta y que se pueda mantener en el árbol, en busca de mejores cotizaciones.

Así las cosas, Nebot señala que, debido a la falta de lluvias, se prevé que más fruta de la esperada se quede sin calibre válido para la salida al mercado, «con lo que, al final, no habrá tanta naranja como preveía el aforo».

La entrada de fruta de Sudáfrica también afecta y por ello ayer la consellera Elena Cebrián pidió al Gobierno más regulación. H