Cuando una empresa citrícola española quiere exportar su fruta a Estados Unidos debe seguir unas reglas muy claras. Todos los envíos entran por Filadelfia, y en ese puerto los controles fitosanitarios son estrictos para evitar la entrada de plagas. No solo eso, sino que todos los buques que parten hacia el otro lado del Atlántico están obligados a realizar el llamado tratamiento en frío, es decir, que la fruta esté 23 días consecutivos a 2ºC. Sin esas condiciones, no hay trato. El sector castellonense urge a la Unión Europea que las exigencias sean las mismas para las importaciones de terceros países, entre ellas las de Egipto, que se incrementan estos meses, cuando comienza la campaña de naranjas.

El presidente de la Autoridad Portuaria, Francisco Toledo, manifestó ayer que precisamente el hecho de convertir a PortCastelló en una referencia de la recepción de cítricos de terceros países es una de sus reivindicaciones desde que asumió su cargo actual. Según Toledo, la infraestructura está «absolutamente preparada para asumir esa tarea», pues cuenta con un frigorífico de última generación que tiene que estar todo el año en marcha y que muchos meses está infrautilizado, especialmente cuando acaba la campaña de la clementina en la provincia.

En la actualidad, países como Egipto, Sudáfrica o los productores sudamericanos pueden exportar sus cítricos a la Unión Europea (UE) a través de cualquier puerto comunitario y, por ello, según apuntaron desde las organizaciones agrarias, «las firmas optan por las infraestructuras con normativas más laxas, en especial Rotterdam y otros como Lisboa».

PROTESTA

Ayer mismo, varias decenas de agricultores convocados por Fepac-Asaja y Ava-Asaja se concentraron frente al puerto de Castellón en una «acción simbólica» con la que pretendían denunciar la entrada de naranjas de la variedad navel a la UE.

Toledo aseguró que la entrada de fruta de ese país a través de PortCastelló es «anecdótica», pues durante el 2018 fueron recibidas 100 toneladas (tm) de las 339.000 que llegaron a toda la UE. En los dos primeros meses del ejercicio actual, la cifra se sitúa en 50 tm, lo que supone una reducción del 67% con respecto al año anterior.

Desde Fepac manifestaron que el de ayer no era «en absoluto» un acto contra el puerto, pero sí manifestaron que darán a conocer a los «desalmados» que importen cítricos foráneos, ya sean comercios o supermercados.

Esta crítica provocó la respuesta del Comité de Gestión de Cítricos, que pidió «responsabilidad» al sector e indicó que la fruta egipcia que haya podido entrar en el país no lo hace a través de comercios sino de asentadores, pues ahora las empresas del CGC «se abastecen en España».