Los vinos de Castellón empiezan a ser conocidos fuera de las fronteras nacionales, pero el sector insiste en que le falta el espaldarazo final. Y ese llegará el día en el que los caldos IGP Vins de Castelló consigan la ansiada Denominación de Origen (DO). Y ya falta menos. Tras aprobar con nota el examen de la empresa Bureau Veritas, en pocas semanas las 13 bodegas de la provincia contarán con la certificación de la ENAC. Con estos papeles, que acreditan que la uva procede de viñedos de Castellón, y que tanto el proceso de elaboración como del embotellado se realizan en la provincia, solo queda que Bruselas dé, por fin, el visto bueno a la DO. Si lo consiguen culminarán así un proceso iniciado hace siete años.

Mientras llega el reconocimiento, el sector en Castellón continúa trabajando. Este año lograrán producir algo más de 2,2 millones de litros de vino, casi un 10% más que durante la temporada anterior.

Que haya más vino hay que achacarlo al tiempo, pero también a los nuevos viñedos que poco a poco van dando sus frutos. La vid se ha convertido en Castellón en un cultivo de moda y en los últimos años se han replantado decenas de parcelas. La viña tarda de tres a cuatro años en producir y eso es una de las grandes explicaciones del porqué cada año Castellón produce más vinos de calidad. H