El conseller de Economía Sostenible, Rafael Climent, reconoció ayer, de forma tácita, que las críticas que recibe de una parte importante del empresariado, centradas en el hecho de que estos cuatro años ha habido mucho diálogo y poca concreción, tienen su fundamento. El conseller, cuestionado durante buena parte del mandato anterior, tiene la oportunidad de recuperar el prestigio en el Botànic II.

Climent aseguró que durante el anterior mandato han trabajado «con luces largas» y «con mucho rigor y lealtad» y que ahora es el momento de mostrar --y materializar en políticas productivas-- todo ese trabajo previo.

En concreto, uno de los aspectos que interesan y mucho al sector azulejero, el principal de la industria castellonense, es la puesta en marcha de las medidas contempladas en el Plan Estratégico de la Industria Valenciana, cuya redacción se acometió dando protagonismo a los sectores productivos más importantes de la Comunitat.

La energía es la otra gran preocupación de las empresas de baldosas cerámicas. El incremento de los costes energéticos que sufren las firmas provocó dos anuncios que ahora habrá que concretar: la puesta en marcha de un plan de fomento de la cogeneración (CogenCV2030) y la repotenciación del suministro eléctrico que llega a las fábricas, que debería permitir abaratar su precio y mejorar el suministro.

Por último, también está pendiente solucionar los expedientes para ampliar 12 minas de arcilla claves para el azulejo.