El empleo crece lentamente, pero lo que se recauda por esos nuevos trabajadores no camina en la misma dirección. Al contrario, desciende año tras año. Y lo llamativo de todo es que no lo hace de manera simbólica. Durante el 2017, la caja de la Seguridad Social recaudó en Castellón un 13% menos que un año atrás, mientras el gasto en pensiones siguió aumentando por encima del 3%. El resultado es tan simple como inquietante: los ingresos por cotizaciones solo dan para cubrir el 70% de las pensiones de la provincia.

Durante el último año el empleo en Castellón ha aumentado en 10.200 personas. A finales del 2016, según los datos de la encuesta de población activa (EPA), la provincia contabilizaba 223.900 ocupados, una cifra que en diciembre del 2017 se elevaba hasta los 234.100. Lo que resulta paradójico es que los ingresos de la Seguridad Social por cotizaciones, un pilar insustituible para garantizar el bienestar de las personas mayores, trazan la senda contraria. De hecho, las aportaciones de los afiliados de Castellón a la caja única en el 2016 fueron de 1.080 millones de euros, una cifra que apenas un año después bajó hasta los 953 millones, según la estadística del Ministerio de Empleo. Es decir, el empleo creció un 4,5% pero los ingresos por cotizaciones cayeron un 13%. ¿La conclusión? La Seguridad Social pierde cada vez más ingresos en Castellón pese a que el mercado laboral ha recuperado todo su dinamismo y cada vez hay más personas trabajando.

Castellón cerró el 2017 con algo más 10.000 nuevos empleos, pero 127 millones de euros menos en concepto de cotizaciones sociales, y la clave que explica el porqué de estas cifras, aparentemente contradictorias, está en la calidad del empleo. Un ejemplo. En diciembre del año pasado se formalizaron en Castellón 18.161 contratos laborales, pero solo 938 personas abandonaron la lista del paro. Además, un tercio de las contrataciones que se formalizan duraron menos de una semana y casi el 30% son a tiempo parcial. Y un apunte más: los salarios pactados en convenio subieron solo el 1,4% el pasado año, apenas cuatro décimas más que el IPC.

CADA VEZ MÁS BONIFICACIONES // La combinación de unos salarios que no acaban de despegar, un alto porcentaje de empleo a tiempo parcial, cada vez más bonificaciones a la contratación a través de rebajas en las cuotas, y más tarifa plana para los nuevos autónomos tienen como consecuencia un descenso en la recaudación de la Seguridad Social y un aumento del déficit que no encuentra freno. Porque mientas los ingresos van a la baja, los gastos no paran de subir, y eso que las pensiones llevan cuatro años con una revalorización del 0,25%, la mínima que permite la legislación.

Mientras que la Seguridad Social recaudó el año pasado 953 millones de euros en concepto de cotizaciones sociales gastó 1.367,7 millones en abonar las pensiones de los casi 130.000 pensionistas con los que cuenta la provincia, 44 millones más que un año antes. El cruce de ambos datos da como resultado que el déficit sigue creciendo. El saldo negativo (diferencia entre ingresos y gastos) fue de 414,7 millones de euros. Un año antes, en el 2016, ascendió a 243,2 millones. Las cifras revelan un problema de gasto, por el envejecimiento de la población, pero también de ingresos. Y ahí la clave está en la precariedad laboral.