Seis carreteras de la provincia permanecían ayer, al cierre de esta edición, cortadas tras el episodio de lluvias torrenciales. En concreto, se trata de la CV-195, entre Jérica y Zucaina; la CV-100, desde Sant Rafael a Rossell; la CV-1486, de Cabanes a Orpesa; la CV-140, entre Peñíscola y Benicarló; la CV-137, de Càlig a Sant Jordi; y, por último, la CV-138, desde Vinaròs hasta Càlig. Un total de 21 vías llegaron a estar cerradas entre el martes y el miércoles en la provincia, 14 por acumulaciones de agua y siete por desprendimientos de piedras.

La Guardia Civil participó durante el temporal en cortes de carreteras, desvíos, señalización de las balsas de agua, auxilio a vehículos atrapados en Vinaròs y Vilafamès, así como en el control de los desprendimientos ocasionados y su posterior limpieza. Lo hizo en colaboración con los bomberos del Consorcio Provincial, que rescató a 91 personas en toda la provincia, drenando calles y achicando agua en más de 80 domicilios que pidieron ayuda. Los bomberos compartieron fotografías del antes y el después de los puntos donde actuaron y que dan cuenta del cambio.