Cerco a los copiones digitales en las pruebas de acceso a la universidad, que se celebran desde el martes y hasta este jueves en la facultad de Jurídicas de la Universitat Jaume I de Castellón. Sobre la mesa, «sólo las etiquetas identificativas uno o dos bolígrafos, típex, y, en los casos en los que se necesiten material especial, como escuadra y cartabón para Dibujo Técnico, o calculadoras para Matemáticas, se inspeccionan para evitar las picardías de los alumnos que saben que se lo juegan todo durante estas tres jornadas», explica Sixte Safont, que es el coordinador de la selectividad en Castellón.

Se prohíben los relojes, todos, pero sobre todos los smartwatches, los inteligentes, que permiten almacenar información. Y, para que no se les pase el tiempo, «se proyecta sobre la pantalla o la pizarra el horario sobre el que se está haciendo el examen».

Los profesores «extreman la vigilancia a la entrada de cada prueba», señala a este diario. Buscan pinganillos, algunos de ellos casi invisibles, sofisticados y efectivos, como los inalámbricos que contactan con el exterior de una manera disimulada. «Hace unos años descubrimos un alumno que lo usaba, y derivó en una expulsión inmediata», recuerda.

La Conselleria, al respecto, ha publicado un informe sancionador en el que prohíbe los aparatos digitales, ante el auge de estas chuletas de última generación. Si te pillan, la pena es la expulsión del examen, que tendrá un 0.