Algunos ya están allí y otros de camino o preparando las maletas. Centenares de castellonenses han puesto rumbo a Pamplona, que hoy dará inicio, con el tradicional Chupinazo, a sus fiestas más universales, los Sanfermines. A falta de estadísticas oficiales, los aficionados de esta tierra lo tienen claro. Castellón es la provincia de España que más visitantes y corredores aporta a estos encierros. Y es que la pasión por la cultura de los bous bousune. No hay que olvidar que Castellón es la zona del país donde más festejos taurinos se celebran.

De los más madrugadores en llegar a la capital navarra han sido el fotógrafo taurino de Onda Jacobo Martín y el borriolense Kike Escrig. Hoy está previsto que almuercen con casi una veintena de amigos castellonenses que de madrugada iban a ponerse en ruta. «Llevo viniendo desde hace 21 años. Esta fiesta es similar a las nuestras, ambiente en la calle, música, toros y diversión, por eso, a los de Castellón nos gusta tanto».

Kike ha corrido los encierros 14 años, pero el temor de sus hijos a que se ponga delante del toro le lleva ahora a vivir desde la barrera «esta fiesta única», donde reina «la hermandad y el sentimiento por el toro».

Uno de los corredores más veteranos de la provincia, que prevé poner rumbo a Pamplona el jueves, es Juan Luis Marín de Almassora. Lleva 30 años fiel a su cita con los encierros. «Inexplicable», así es la sensación que le corre por las venas. «Nadie sabe lo que se siente hasta que lo prueba, te da vida, se sufre un poco y se tiene respeto, pero es una suerte correr delante del toro», asegura, al tiempo que reafirma que, en Pamplona, se siente como en casa. «El peligro y el toro estrechan las amistades», indica.

Otro de los corredores más destacados de la provincia es Juan Varella. A pesar del susto del pasado año que le costó ocho puntos en una oreja y una rotura de ligamentos, de la que se está recuperando, este ondense que lleva casi 20 años tomando parte en el encierro volverá a vivir ese «sentimiento indescriptible». «A quien le gustan los toros y prueba siempre repite».

Sensación similar es la que vive Martín Cortés, de les Alqueries, que ayer ya llegó a Pamplona. Tiene 35 años y desde los 18 solo ha faltado a los Sanfermines hace tres años, porque su hijo nació un 2 de julio. Ahora él le acompaña en la semana grande. «Yo recuerdo que cuando era pequeño mis padres me despertaban para ver el encierro, le prometí a mi madre que hasta los 18 años no correría y eso hice». Es de los que tiene su puesto en la Estafeta, y junto a otros corredores, muchos de ellos de la provincia, es de los que entona el A San Fermín pedimos antes de cada carrera. La superstición tiene en su caso un papel importante, ya que sigue llevando la misma camisa con la que corrió por primera vez con 18 años. Ha tenido sus «sustos», como todos, pero también le sirven de adrenalina.