La descoordinación existente entre el Sindicato de Riegos de Burriana y el Ayuntamiento de la localidad, que no pudo contactar con la entidad en todo el día de ayer ni tampoco acceder al operativo del sindicato para aliviar la red de acequias del municipio, provocó más daños, si cabe, que la lluvia caída durante el martes y, más intensamente, en la madrugada de ayer miércoles.

La indignación de los vecinos de la playa de Burriana era evidente ante las anegaciones. La zona del Ecce Homo, la de les Goles del Clot en el Grau o la zona de la calle Ribesalbes, entre la carretera del Puerto y el camí Fondo han resultado las más dañadas. Es significativa la situación de este último lugar, que en estos momentos es igual que un lago de grandes dimensiones a causa del embalsamiento del agua, de las escorrentías procedentes de acequias mal gestionadas y de los taponamientos de otras sin limpiar. A lo largo del día de ayer fue aumentando de nivel incluso por la dejadez de la comunidad de regantes.

El concejal responsable de Poblados Marítimos, Vicent Aparici, que se multiplicó para atender todas las urgencias ayer, respondía así a todo el que le preguntaba: «El Sindicato de Riegos no coge el teléfono al Ayuntamiento; es increíble». Es más, según señalan los vecinos de la zona, «por aquí no ha aparecido ningún coche de la Policía Local ni bomberos. Como en la última inundación de hace 15 años, cuando el agua tardó en evacuarse una semana».

Hasta la tarde de ayer, después de dos días de lluvia, no fue abierto el cierre al completo de la acequia que desagua al mar en esta zona… y tuvo que indicarlo una vecina.