Como consecuencia de las últimas lluvias, los embalses de Ulldecona, Arenós, Sichar, Alcora, María Cristina y Regajo, en la provincia de Castellón, alcanzaron su máximo volumen estacional, por lo que se realizaron desembalses técnicos y estos todavía han continuado esta semana, según informó la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ).

En el sistema Cenia, los desembalses de Ulldecona tuvieron un máximo de 38 m3/s durante el episodio de crecida, pero se redujeron rápidamente, y a fecha 9 de abril se mantienen en 5 m3/s.

En el Mijares, el caudal máximo de salida de Arenós se fijó en 17 m3/s y se está manteniendo para recuperar el volumen máximo estacional actual. Con respecto al embalse de Sichar, el máximo caudal de salida fue de 38 m3/s y actualmente realiza un desembalse técnico de 20 m3/s. Por otra parte, los desembalses de Alcora tuvieron un máximo de 40 m3/s durante el episodio de crecida, que se redujeron rápidamente, y luego bajaron a 1 m3/s.

Mención especial merece el caso de María Cristina, pues gracias al volumen libre que presentaba al inicio del episodio (9 hm3), el caudal punta aguas abajo se redujo considerablemente. Así, el máximo de entrada fue de 270 m3/s mientras que el de salida fue solo de 160 m3/s. En el Palancia, los desembalses de Regajo llegaron hasta 23 m3/s y esta semana se mantienen en 2,1 m3/s.

Los recursos disponibles permitirán garantizar la campaña de riegos del presente año hidrológico a los usuarios de los embalses. Desde la organización agraria Fepac Asaja señalaron que la media de los últimos 10 años se sitúa en 121 hm3, que frente a los 142 hm3 actuales que almacena, los sitúa en un 9,36% más.

Desde Fepac explicaron que no existirá problema con los recursos durante todo este año, pero habrá que estar pendientes de lo que ocurra el próximo otoño, puesto si coincide que el otoño de 2020 es seco y la primavera de 2021 no lo soluciona, es posible que se produzcan problemas hídricos en el verano de 2021.

Fepac-Asaja recuerda que ha solicitado a la Dirección General del Agua la construcción de nuevos embalses y microembalses para poder almacenar más agua para abastecimiento agrícola y ganadero, además de poder regularla en momentos de lluvias torrenciales, como en los ríos Cérvol, Bergantes o Palancia.