Los sindicatos concretaron ayer su propuesta de incremento salarial, tal y como les exigía la patronal Ascer para continuar con la negociación del convenio colectivo. En concreto, exigieron un alza de los sueldos del 3,1% y la inclusión de garantías para que las nóminas que perciban los trabajadores no crezcan por debajo del IPC.

Así lo anunciaron durante una manifestación en la que participaron unas 300 personas y que finalizó en la sede de los empresarios con una acción simbólica en la que UGT y CCOO lanzaron papeles con su propuesta dentro del edificio, apenas 24 horas después de que Ascer asegurara no tener proposición sindical alguna.

Antes de la movilización se celebraron asambleas en la que los delegados enfriaron, sin descartarla, la posibilidad de convocar una huelga para finales de julio, como habían amenazado los sindicatos. Pese a que tanto Jordi Riera (CCOO) como Vicente Chiva (UGT) explicaron que el paro era «una opción entre otras», el primero dijo que se trata de un escenario que «perjudica a todos».

De esta forma, en el encuentro se optó por dar una nueva oportunidad a la negociación y dejar acciones más contundentes para más adelante. Eso sí, confían que Ascer entienda esta medida como un gesto de buena voluntad y que se convoque la comisión negociadora lo antes posible.

EN LA MESA DE NEGOCIACIÓN // Los empresarios aseguraron ayer tras la marcha que no les consta «ninguna propuesta sindical» y que esta, «de hacerse, debería ser en el marco de la mesa de negociación, como esperamos que se produzca lo antes posible». La oferta de Ascer pasa por un incremento salarial del 1,4%.

Con dos posturas todavía muy alejadas, un elemento exterior que podría acercarlas es el acuerdo que, a nivel estatal, ultiman las direcciones de UGT y CCOO con las patronales CEOE y Cepyme, y que pasa por aumentos salariales del 2% hasta el año 2020.

En este sentido, Riera reconoció que si el pacto se anuncia definitivamente la semana próxima, podría servir de «marco» para una negociación, la del azulejo, de la que dependen unos 15.000 trabajadores. Esta cuestión también pesó en la decisión de los sindicatos de no anunciar nuevas movilizaciones.