Los sindicatos mayoritarios han dicho basta. Cientos de personas se han concentrado este sábado en Castelló, en las otras dos capitales de provincia de la Comunitat Valenciana, València y Alicante, y en la localidad alicantina de Elche, convocados por los sindicatos UGT y CCOO bajo el lema "Eixirem" para reclamar un acuerdo político que permita "rescatar a las personas, los trabajos y los salarios".

Unas concentraciones se han producido en la subdelegación del Gobierno en Castelló, frente a Les Corts en el caso de València, ante la Subdelegación del Gobierno de Alicante.

Los participantes han reclamado a las fuerzas políticas, sociales y económicas "un gran pacto para la reconstrucción de nuestro país, en el cual se trabaje desde la concordia y lejos de la crispación; y por el refuerzo y la solidaridad con el resto del mundo" y han abogado por la transformación del sistema productivo "hacia la innovación, el conocimiento, la digitalización y la transición energética y ecológica".

MEJORAS EN LOS SERVICIOS PÚBLICOS Y "TRABAJO DECENTE"

Para ello, han advertido, unos "mejores servicios públicos y trabajo decente requieren de una reforma del sistema de financiación que redistribuya los recursos de una manera más justa y permita mayor capacidad de autogobierno y de cohesión social".

"Vamos a salir adelante si reforzamos nuestros servicios públicos, que son la garantía para ejercer los derechos de ciudadanía en igualdad. Nuestro sistema sanitario, socio-sanitario y de cuidados, ha mostrado el valor de sus profesionales, pero es el hecho de contar con un sistema público y universal suficientemente financiado, lo que garantiza el acceso de toda la población a la salud y a los cuidados. Nunca más recortes en sanidad. Nunca más mercantilización de los cuidados".

En el manifiesto preparado por los convocantes se ha hecho alusión a las recientes "medidas de paralización de la actividad económica o restricciones a la movilidad, como nunca habíamos conocido" para reconocer la labor de quienes "garantizaron los suministros básicos de toda la población, a veces sin las medidas de protección sanitaria necesarias y poniendo en juego su propia integridad".

Por último, se ha rechazado de plano "la confrontación y el odio" y se ha insistido en que "la crisis sanitaria y económica más intensa que hemos conocido en tiempos de paz, no se puede abordar desde la dialéctica de la guerra".