Si las mujeres de más de 45 años suponen en Castellón más de uno de cada cuatro desempleados, como uno de los colectivos más afectados por la falta de trabajo, como publicó ayer Mediterráneo, el problema de los autónomos (un colectivo al alza y con 40.896 integrantes) es el acceso a la prestación. El llamado paro para este grupo, la prestación por el cese de actividad, solo llega a cuatro de cada diez que lo solicitan, por debajo del promedio nacional, que está en el 50%.

Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, en el último año, un total de 74 autónomos pidió ese paro, un pago mensual que tan solo lograron 29. A la inmensa mayoría de los rechazados (32 casos) les fue denegado por no haber acreditado de forma adecuada su derecho a percibir esa prestación.

PETICIONES

Desde la puesta en marcha de esta posibilidad, en el 2013, el número de solicitudes, que entonces alcanzó las 117, ha bajado en la provincia de forma sustancial. En aquel momento, además, el rechazo era del 80%.

El presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) en la Comunitat Valenciana, Rafael Pardo, explica que la última reforma de los requisitos «ha mejorado el porcentaje de peticiones aceptadas». Señala que «la mejora económica hace que haya menos ceses de actividad».

No obstante, el propio Pardo indica que el colectivo reivindica que se incremente el tiempo de la prestación a tres meses por año cotizado, ya que ahora es de dos, la mitad que en el régimen general de la Seguridad Social.

Por otra parte, pone el acento en lo bajo de la cuantía, ya que es de una media de 720 euros al mes. Añade que «resulta muy rentable para el Estado, que recauda mucho más de lo que paga a los autónomos por el cese de actividad». Por lo tanto, el presidente de ATA en la Comunitat reclama también que se eleven los pagos, así como que se mejoren los requisitos de acceso que, dice, son ahora «muy restrictivos».