Al cierre de esta edición Miguel Martínez, vecino de Peñíscola, lograba regresar a su domicilio de Downtown, en Miami, tras ser evacuado por riesgo de inundación y pasar tres noches en un hotel. «Al fin he podido volver y comprobar que en mi casa todo está bien. Creo que mi familia lo ha pasado peor que yo», explica. A sus 31 años lleva ya siete en Estados Unidos por motivos laborales. Cinco de ellos los pasó en Dallas y ahora lleva otros dos en Miami, donde trabaja para una azulejera. «Al principio, antes de que llegara Irma, estaba más nervioso porque nunca había vivido un huracán. Luego he estado muy tranquilo, siguiendo las indicaciones. Solo pensaba en que todo pasara rápido y en poder volver a la normalidad», reconoce en declaraciones a este diario.

Su familia lo vive aún con desazón. «Estamos pendientes de la televisión y del Whatsapp para comunicarnos con él. Yo he estado tres noches muy preocupada y deseando que esto se acabara ya. Lo hemos pasado muy mal», relata su madre, Vicky Gómez.

Miguel agradece la información que las autoridades y los medios locales han proporcionado a la ciudadanía. «Han hecho un gran trabajo, informando de las precauciones y calmando a la gente», cuenta desde su piso.