La provincia de Castellón cuenta con 135 municipios y en todos ellos podemos encontrar diferentes productos de exquisito sabor que no desmerecerían en los restaurantes más prestigiosas y las mesas más exigentes del mundo. A continuación procedemos a indicar cuáles son algunos de estos alimentos autóctonos por excelencia, teniendo presente que nos vamos a dejar en la lista un buen número de municipios que bien merecerían estar en la misma. Es por ello que invitamos a los usuarios de los diferentes canales de redes sociales de Mediterráneo a que nos indiquen en los comentarios cuáles son los imprescindibles que en esta ocasión se han obviado injustamente. La huerta y los cultivos de secano conviven en unos paisajes incomparables situados en una provincia muy montañosa y con un más que notable litoral.

Alcachofa de Benicarló. Está certificada con la Denominación de Origen desde el 18 de septiembre de 1998. Destaca por ser una flor de forma chata, compacta y con un característico hoyuelo. Las tierras de cultivo de esta tipología de alcachofa están regadas por el Mediterráneo de la comarca del Baix Maestrat (Castellón), donde los cultivos disfrutan de un clima moderado y una tierra que las mima. En enero se celebra la Fiesta de la Alchofa de Benicarló, donde se ofrecen degustaciones populares sorprendentes con este producto de la tierra.

Los langostinos de Vinaròs. En el mes de agosto se celebran en la localidad las fiestas en honor de un producto incomparable y único con una producción limitada y localizada en el litoral mediterráneo que va desde el Delta del Ebro hasta Peñíscola. El langostino de Vinaròs presenta un tamaño que puede llegar hasta los 20 centímetros en los ejemplares grandes, y con un grosor muy considerable.

Aceite de Oliva de la Sierra de Espadán. Variedades autóctonas como la "Serrana de Espadán", la "Canetera", la "Borriolenca", se unen a los olivos milenarios de la provincia de Castellón (la mayoría de la variedad "Farga"), algunos con más de 2000 años de antigüedad, año tras año ofrecen su extraordinario e inigualable aceite para disfrute de los paladares más exigentes. Poblaciones como Canet lo Roig, Sant Mateu, Cervera del Maestre o Traiguera disfrutan de la mejor calidad de este oro líquido imprescindible en una buena dieta mediterránea.

Las trufas negras del Maestrat. La provincia de Castellón es uno de los principales productores de España de Trufa Negra. Las condiciones medioambientales del interior de la provincia son las ideales para la producción del apreciado hongo que se utiliza de forma preeminente en la cocina de los municipios del interior. El ternasco, los huevos, la gallina, los caldos, los quesos, las ensaladas, las verduras, las cremas, ... son preparadas tanto por los chefs y cocineros de los restaurantes como en las cocinas particulares de mil y una formas aromatizados con la trufa, lo cual les realza el sabor y los aromatiza con uno de los más preciados manjares de la tierra. En poblaciones como Benassal, Morella, Catí o Culla puedes encontrar este selecto ingrediente.

Naranjas en casi toda la provincia. Cuando empieza la recolección, sobre el mes de octubre y hasta final del invierno, es el color naranja el que domina en el paisaje. La industria recolectora de la naranja es una de las principales industrias de la provincia (como muestra, la variedad autóctona de la clemenules) y son numerosos los comercios y cooperativas que exportan lo mejor de la producción a mercados nacionales y europeos. Saborear los cítricos de la provincia de Castellón nos ayuda a mantener una dieta muy sana con todo el sabor del Mediterráneo. En la provincia podrá degustar las mejores naranjas y mandarinas que pasan de forma directa de los campos a manos de los consumidores.

Las cerezas de La Salzadella o Caudiel. Cuando llega junio las cerezas que florecieron a final del invierno estallan en un esplendor rojo que colma los frutales. Estas dos poblaciones cuentan con buena cantidad y calidad del producto.

Vinos de Indicación Geográfica Protegida Castellón. La provincia de Castellón goza de notables vinos blancos, rosados, tintos y dulces, de calidad comparable a los más reconocidos. Vins de les Terres de Castelló responden a una Indicación Geográfica Protegida (IGP) que integra a la gran mayoria de viticultores y bodegueros castellonenses, y exige la aplicación de rigurosos parámetros analíticos y organolépticos en los vinos.

Tomata de penjar de Alcalà. La tomata de penjar de Alcalà de Xivert tiene un color rojo intenso que adquiere una vez cosechada, al poco de permanecer colgada. Su piel es muy fina y la pulpa muy abundante, así como su caldo, compuesto básicamente de agua. El sabor es intenso y dulce y su acidez escasa. Este tomate es ideal para consumir crudo y también cocinado. Su uso más conocido y tradicional consiste en untarlo sobre el pan, acompañado de un poco de aceite de oliva i sal. En octubre se celebra en la localidad una feria en honor de este exquisito tomate.

Melones de Xilxes, Moncofa, La Llosa y Almenara. La fruta estrella en la Plana Baixa es sin duda el melón. La zona cuenta con un clima privilegiado, con extensas y calurosas horas de sol que iluminan los melones y permiten una maduración única, ya que al estar tan próximo a la costa, el grado de humedad de la tierra se mantiene bastante alto.

Los quesos de Catí o Almassora. Con la leche procedente de los rebaños, se lleva a cabo una cuidadosa elaboración. La maduración se lleva a cabo de manera natural, sin forzar ni acortar el tiempo en la bodega. Los quesos de Catí han recibido innumerables premios, un ejemplo de ello es la medalla de plata al mejor queso curado del mundo en el World Cheese Awards el 2007 en Londres. No se queda a la zaga la empresa Quesos de Almassora, que obtuvo en Italia seis medallas en los World Cheese Awards del 2019.

El licor Carmelitano de Benicàssim. Entre los religiosos que albergó el Monasterio había un hermano Carmelita que, entre otras cosas, destacó por el estudio de las hierbas aromáticas. Cuando se convirtió el Monasterio en Casa Noviciado había que atender las necesidades de los novicios, sus estudios y formación, por lo que se pensó en comercializar una buena bebida aromática, extraída de la infinidad de hierbas que hay en los montes del Desierto de las Palmas. Fue entonces cuando se comenzaron a comercializar las primeras botellas del conocido Licor Carmelitano, que actualmente cuenta en su gama de productos con Moscatel, Vino de Mesa, Vino Añejo, Brandy o Ponche.