Las librerías son desde hace algunos años singulares aldeas galas de la cultura. Combatientes silenciosos contra las grandes plataformas de distribución y el pirateo, en un país conocido por su bajo porcentaje de población lectora. Si a sus adversarios tradicionales se les suma una crisis sanitaria con serias implicaciones económicas, el panorama exige de grandes dosis de persistencia e ingenio para no claudicar. Ya lo dice el refranero, renovarse o morir, y una conocida librería de Castelló ha optado por lo primero.

Con los dedos cruzados a la espera de que los clientes volvieran tras el confinamiento, al menos con la misma asiduidad de antes, Juan Vicente Centelles, de Librería Argot, vio una oportunidad en la sugerencia que le hizo llegar vía telefónica «Sandra, gran lectora y alma inquieta».

Libros regalados

Lo cierto es que la idea sería una adaptación de una costumbre muy extendida, la del amigo invisible: hacer un regalo sorpresa a una persona sin que llegue a saber de quién es. Tampoco es novedoso que el regalo en cuestión sean libros. De hecho, se ha extendido la costumbre de crear cadenas a través de redes sociales, clubs de lectura o similares, en las que los participantes compran un libro y lo envían a alguien desconocido a cambio de recibir otro de una persona distinta. Solo se trataba de adaptarlo a una estructura comercial.

El proyecto, llamado el librero invisible, ya está en marcha. Su funcionamiento es sencillo. Librería Argot ha creado un formulario digital que deben rellenar los aspirantes. En él deberán reflejar sus gustos o dejar la puerta abierta a sugerencias que puedan llegar a sorprenderles. Los avezados y generosos lectores facilitan sus datos que gestionará en exclusiva el librero, quien también se presta a asesorar a la hora de escoger las lecturas. Una tarea compleja, a veces, porque sobre gustos no hay nada escrito.

El principal aliciente para los lectores es la expectación. Saber que van a recibir un ejemplar a cambio de su contribución a una comunidad que establece al menos una inquietud coincidente: navegar entre las páginas de novelas, poemarios, ensayos... Escritos única y exclusivamente para ser leídos, que parece perogrullada, pero las estanterías están llenas de una parte a la que le falta la otra.

Quienes quieran participar pueden hacerlo hasta el día 10, a través de las redes sociales y la web de la librería. «Entre el 10 y el 15 de junio recibirán un correo en el que se les preguntará qué libro quieren regalar». Y solo quedará levantar el telón.

Puede que el pez pequeño tenga pocas posibilidades ante el grande, que solo tiene que abrir la boca para abarcarlo todo, pero el ingenio no entiende de complejos. Tampoco creyeron que David pudiera derrotar a Goliat con una piedra.