Castell de Cabres es, con 17 habitantes, el municipio con menos vecinos de la provincia de Castellón. De menos de 100, hay otros 18 y el 86% de los 135 (116) tienen menos de 5.000 censados. En uno de cada cuatro pueblos no nace un niño desde hace más de un año y, además, 49 localidades tienen una densidad menor a 10 habitantes por kilómetro cuadrado, cifra inferior a la media valenciana y española.

Números que reflejan una realidad: la despoblación de la provincia, en especial en el interior, fruto de un envejecimiento progresivo, con un crecimiento vegetativo negativo que refleja ya más fallecimientos que nacimientos, y con una inmigración que prefiere los núcleos urbanos más grandes de la provincia, que es donde se concentran el trabajo y los servicios.

‘Avant’ y ‘Repoblem’

Y en este contexto, la despoblación ha entrado en la agenda política de las administraciones. Generalitat -con la Agenda Valenciana Antidespoblament (Avant)- y Diputación -con Repoblem- han activado estrategias complementarias con las que revertir esta tendencia, mientras que los alcaldes del interior no cesan en su demanda de medios para frenar la marcha de sus habitantes, y atraer a más.

Este lunes, en Morella, el president Ximo Puig anunció 1,2 millones de euros para 75 pueblos con riesgo de despoblación. La resolución se hará pública en septiembre, pero, a priori, el anuncio duplica los municipios de Castellón que forman parte Agenda Valenciana Antidespoblament activada hace más de un año para combatir la despoblación, pasando de 37 a 75. Los motivos de este incremento, según explicaron fuentes de Presidencia, es que «se ha introducido el criterio zonal, de forma que no se actuará solo en el municipio con menos población, sino en la comarca, en su zona de influencia; y además se incluyen todas las localidades con menos de 120 habitantes».

En cuanto al plan Repoblem, tiene como objetivo garantizar las mismas oportunidades, fomentar el empleo y mejorar la calidad de vida de quienes decidan quedarse a vivir en los pueblos. Este año la Diputación inyecta 4,1 millones al programa, y contempla ayudas directas, por nacimiento o adopción, de transporte y residencia de jóvenes universitarios, y la teleayuda. Entre otras, lanza subvenciones de servicios sociales, transporte o escola matinera.