Mientras el sector citrícola de Castellón exige premura para activar ya el próximo verano la cláusula de salvaguarda del tratado de libre comercio con Sudáfrica y se insiste en reclamar reciprocidad para que las naranjas y mandarinas que llegan a la UE lo hagan con las mismas condiciones fitosanitarias y laborales que se exigen a los productores europeos, el lobi citrícola de este país quiere llegar todavía más lejos y exige un control fitosanitario más laxo para la fruta que exportan.

Según pudo saber Mediterráneo, una delegación sudafricana planteó a la Unión Europea (UE), en un encuentro celebrado el pasado 27 de noviembre, relajar los controles que se realizan para evitar la entrada en territorio comunitario de la mancha negra, un hongo de cuarentena inexistente en Castellón que, de instalarse, provocaría manchas en la piel de los cítricos que harían inviable su comercialización.

DOS RECHAZOS

Los exportadores sudafricanos plantearon que en la presente campaña solo se han interceptado dos envíos con mancha negra en la UE y pidieron gestionar esta plaga «de una forma más económica», pero fuentes empresariales consultadas por este diario manifestaron que un año con menos positivos «no debiera suficiente» para cambiar el protocolo. Tampoco la Comisión Europa aceptó las propuestas, entre otras cosas, porque en Brasil, Argentina y Uruguay, y en los dos primeros países el número de rechazos ha sido muy elevado.

Los sudafricanos defienden que, en un momento en el que su producción va al alza y en el que han batido el récord de exportaciones a la UE con 800.000 toneladas, los 119 millones de euros del tratamiento contra la mancha negra son un «coste astronómico».

Sin embargo, tanto los exportadores castellonenses y españoles como los agricultores ven el incremento de las exportaciones como una amenaza para los productos autóctonos, y no tan solo por la amenaza de llegada de la enfermedad sino porque los costes laborales en los países del hemisferio sur son mucho menores que en España, lo que se considera competencia desleal.

Asimismo, fuentes empresariales ven «indignante» que Sudáfrica plantee rebajar los controles de la mancha negra cuando «nuestra factura para cumplir los protocolos de la mosca en Estados Unidos y Asia es muy elevada, y hay que asumirlos o no exportar».

Sudáfrica, que esta campaña superó por vez primera los dos millones de toneladas de exportación, aspira a llegar a los 2,5 millones en tres años debido al aumento de la superficie cultivada.