El trabajo de los quiosqueros se suma durante estos días de crisis sanitaria al gran esfuerzo que realizan profesionales de distintos sectores por mantener activos los servicios esenciales. Un excelente ejemplo de esta esmerada dedicación diaria es la que llevan a cabo Susana Bravo y Susi Ribalta, madre e hija responsables del quiosco de prensa ubicado en la plaza doctor Marañón, número 3, de Castelló.

Desde que se decretó el estado de alarma su establecimiento no ha cerrado ninguna jornada: «Nos encanta nuestro trabajo y en ningún momento nos planteamos cerrar la persiana; tenemos muchos clientes de toda la vida y consideramos que distribuir periódicos y revistas es nuestra forma de aportar un grano de arena, ya que la información en estos tiempos es clave», expresa Susi Ribalta.

UN REFERENTE

Y entre todas las publicaciones que venden en la plaza doctor Marañón, «la más vendida es Mediterráneo». «Es el periódico de aquí, el de la terreta y el que más nos compran. En un día entre semana podemos llegar a despachar cerca de 70 y los fines de semana duplicamos este número», revela la quiosquera.

Además de la venta directa en su local, Susi Ribalta destaca un servicio especial que están prestando desde comenzó el confinamiento: «Además del reparto a la policía y a las panaderías también llevamos cada día los ejemplares de Mediterráneo a los buzones de las casas de clientes mayores que nos lo solicitan por sus circunstancias especiales».

El quiosco de la plaza doctor Marañón es ya todo un clásico de la capital de la Plana. No en vano, el establecimiento suma más de cuatro décadas de historia y cerca de 20 años con Susana Bravo y su hija Susi Ribalta al frente. «Nosotras abrimos todos los días del año, salvo el 25 de diciembre y el 1 de enero; nos gusta mucho el trato directo con los vecinos y estamos muy satisfechas por poder hacerles más llevadera la reclusión obligatoria por el coronavirus», relatan.

Junto a Mediterráneo, en la tienda constatan otro de los productos que más éxito tienen entre sus clientes estos días: los pasatiempos. «Los agotamos cada día y como su nombre indica ayudan a toda la población a distraer la mente de una forma económica y activa», señala Susi Ribalta.

A la hora de detallar las medidas de protección durante su exposición al público, en este quiosco castellonense han recurrido por una solución casera. «Además de los guantes y las mascarillas, hemos instalado una amplia pantalla de plástico para evitar el contacto directo entre nosotras y los compradores», finalizan Susana Bravo y Susi Ribalta.