La falta de limpieza en el monte provincial puede poner en jaque a Castellón este verano y resultar catastrófica en caso de incendio. Y es que, aunque el Consorcio Provincial de Bomberos ha incrementado los medios para sofocar posibles fuegos forestales, los árboles caídos durante los temporales del pasado invierno limitan el acceso a pistas y actúan como un combustible voraz. La situación plantea muchas dudas entre los expertos, un año después del trágico incendio de Artana que arrasó 1.600 hectáreas (700 de ellas en el paraje de la Serra d’Espadà).

Así lo confirmó ayer el diputado provincial de Bomberos, Luis Rubio, durante la presentación del dispositivo de emergencias y extinción de incendios para la época estival. El máximo responsable del Consorcio Provincial advirtió de que el monte no se ha limpiado suficientemente y que los pinos derribados perjudicarán la extinción en caso de incendio, además de contribuir a la proliferación de plagas.

El Alto Mijares y el Alto Palancia son los grandes damnificados por los daños, con 3.140 hectáreas. Cerca del 80% de los destrozos por nieve, lluvia o viento afectan a terrenos particulares, por lo que desde el Consorcio Provincial reprueban que la Conselleria de Medio Ambiente no haya autorizado la limpieza de las parcelas. Para Rubio, el bosque provincial presenta en la actualidad «un grave problema» al acumular biomasa desaprovechada en una orografía «complicada» como la que caracteriza a Castellón.

En este sentido, incidió en que las condiciones del terreno unidas a las climatológicas de este verano, más cálido y prolongado de lo habitual, elevan el riesgo de fuego. «Tenemos unos medios que son referencia en España, pero aun así el interior y muchas zonas de cultivo se han abandonado y no nos tenemos que creer que somos omnipotentes porque no es así», apuntó el diputado.

DISPOSITIVO

Castellón cuenta con 750 efectivos (213 de los cuales están de guardia permanente), dotados de 160 medios terrestres y cinco aéreos. Las brigadas forestales son un total de 18, una más que el año pasado al incorporarse una unidad en Segorbe.

Fernando Kindelán, jefe de la sección forestal, alertó de que nos encontramos frente a «incendios de sexta generación, que cada vez tienen más vegetación para arder y son más agresivos e intensos». Además, reconoció que «no todos los fuegos son manejables y no todos se pueden apagar».