Es uno de los investigadores más reconocidos de la provincia de Castellón. Este geólogo de Morella es una eminencia en el campo de la contaminación atmosférica, unos conocimientos que ha puesto al servicio de la lucha contra el coronavirus. Xavier Querol es profesor de Investigación en el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Además, recientemente el Ministerio de Ciencia e Innovación le ha concedido uno de los galardones de los Premios Nacionales de Investigación 2020 por su liderazgo en el desarrollo de tecnologías, metodologías, modelos y aportaciones científicas para comprender la importancia de los aerosoles y su interacción con los contaminantes y la salud humana, traduciendo el conocimiento científico que ha desarrollado en políticas que velan por la salud pública. Junto con dichos méritos, el jurado destacó su significativa capacidad de colaboración en equipos multidisciplinares. Uno de estos equipos es el comité de expertos de diferentes áreas que de forma periódica reúne el presidente, Ximo Puig, para analizar la evolución de la pandemia y tomar decisiones.

--Usted formó parte del grupo de científicos que remitió una carta a la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la que se defendía que el coronavirus puede infectar a personas a través de micropartículas en el aire, por lo que pedían el reconocimiento de este tipo de transmisión, junto al contacto y otras vías.

--Hay evidencias científicas, la discusión sobre la relevancia que tienen los aerosoles es una realidad. La OMS siempre ha reconocido que el virus se transmitía a través de las gotas más grandes que proyectamos cuando hablamos, que miden unas 500 micras. Por ejemplo, el diámetro de un cabello mide 100 micras. De ahí la importancia de la distancia social de 1,5 ó 2 metros. Pero por cada gota hay mil que son más pequeñas, entre 0,01 hasta las 100 micras, y esas pueden estar en suspensión en la atmósfera durante horas. Eso son los aerosoles. Al principio, se decía que no se podía demostrar que esta era una vía de transmisión y fue entonces cuando escribimos la carta a la OMS, no para criticar nada porque nosotros admiramos el trabajo que realiza.

--Finalmente, cual ha sido la postura de la OMS a este respecto.

--En julio la OMS cambió y ya contempló ejemplos que apuntaban a que entornos cerrados con gran densidad de personas podía haber transmisión, pero no fue hasta octubre cuando en un briefing científico se recoge que no son solo casos puntuales sino que los espacios cerrados con poca ventilación ayudan a trasmitir el virus.

--¿Es la ventilación natural una pieza clave para prevenir el virus?

--En julio publicamos una guía abordando que las vías de ventilación son la mejor manera de reducir los aerosoles e hicimos una guía especifica para la Generalitat sobre cómo ventilar colegios, que después la recogió también el Ministerio de Ciencia. Y la semana pasada la OMS publicó una guía sobre ventilación en espacios cerrados dando así importancia a los aerosoles, que no son la única vía, no sabemos que porcentaje de contagios provocan, pero si se pueden evitar es mucho mejor.

--¿En cuanto a la vía de transmisión del coronavirus, gana más peso ahora los aerosoles que el contacto en superficies?

--Hace 15 días la editorial de la revista científica Nature le dio total importancia a los aerosoles, señalando que los esfuerzos por desinfectar superficies no serían ya muy necesarios, porque puede ser la vía menos probable de contagio. En mi humilde opinión, no debemos despreciar ninguna vía de transmisión. Hay tanta incertidumbre científica en cuanto al coronavirus que debemos aplicar el sentido común y, sobre todo, el de la precaución.

--Por tanto, ¿la mejor prevención es la distancia social?

--Sin duda, si puedes teletrabajar y si no es urgente salir a reunirse con la familia o los amigos es mejor estar en casa. En caso de no poder guardar la distancia, hay que usar la mascarilla, que es muy importante para evitar los aerosoles. La distancia social es lo más efectivo, porque aún no sabemos muchas cosas sobre la transmisión del coronavirus.

--¿Llevaremos mucho tiempo todavía la mascarilla?

--La llevaremos todavía mucho tiempo, dependerá de si la vacuna puede resolver el problema. Igual la tendremos que llevar durante unos años. Por ejemplo, si vamos a la consulta del médico, a clase o subimos al autobús habrá que llevarla mientras el virus no se haya eliminado por completo. En Nueva Zelanda, por ejemplo, portan la mascarilla en el bolsillo y se la ponen cuando entran en una tienda o usan el transporte púbico. Yo trabajo desde hace 30 años en Wuhan (cuna del nacimiento del virus en China) y cuando mis alumnos me envían vídeos ves que allí nadie lleva ya mascarilla por la calle, aunque sí la tienen en el bolsillo guardada.

--Ahora que se habla sobre qué mascarilla debemos llevar, ¿cuál es la más efectiva para la mayoría de ciudadanos?

--Las mascarillas deben tener tres características: ser de un tejido que filtre y proteja, no tener fugas, es decir, que se adapten ergonomicamente a la cara y ser respirables. Estamos viento como la FPP2 empieza a tener un precio más asequible, pero si se usa más de ocho horas tampoco sirve. Las quirúrgicas, de cuatro horas de duración, son suficiente protección para ir por la calle, mientras que, en las de tela, lo más positivo es que pueden reciclarse al ser lavables, pero tienen que cumplir una nueva normativa del Gobierno porque sino no funcionan.

--Usted participa periódicamente por videoconferencia en el comité de expertos que asesora al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, sobre la pandemia. ¿Cuál es su función?

--Siempre que se me convoca participo, pero hay veces que no tengo nada que decir, escucho y aprendo y si puedo aportar alguna cuestión la planteo. La última palabra la tienen siempre los expertos en salud pública que son los que están al pie del cañón.

--¿Atiende siempre el presidente Puig las recomendaciones que este grupo multidisciplinar le traslada?

Admiro el temple del presidente a la hora de tomar decisiones, su objetividad, es complicado porque si se confina todo también se daña la economía. Ningún presidente autonómico, solo él, se reúne de forma periódica con un comité de expertos para escuchar sus aportaciones. Es muy partidario siempre de no llevar las medidas a un punto extremo por obligación porque confía en el buen hacer de los valencianos. Debemos cumplir las recomendaciones sin que nos obliguen a ello.

--¿Cómo ve usted el futuro de la pandemia, es optimista?

Los valencianos estamos haciendo las cosas bien. No sabemos el tiempo que el bicho seguirá, pero yo soy positivo. Ahora debemos convivir con este problema del cual sabemos algunas cosas, más que hace un año, pero todavía nos falta información.