Un total de 40 empresas del centenar que integran la patronal Ascer tiene en marcha en estos momentos algún expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) en vigor. Los datos aportados por esta organización indican que de los 15.800 trabajadores de sus fábricas, 4.898 están incluidos dentro de estos paros temporales, con el fin de ajustar los costes laborales a la caída de la producción y las dificultades del transporte de mercancías.

La mayor parte de los ERTE tienen una duración de dos o tres meses, y en algunos casos abarcan solo un porcentaje del horario total, mientras que en otros el repunte de la demanda adelantó el regreso a la normalidad. También hay circunstancias como las anunciadas en su día por el presidente de Pamesa, Fernando Roig, que manifestó en abril que su grupo no pensaba realizar ninguna medida de restricción.

Será a la finalización de los actuales expedientes, y a la vista de lo que ocurra tras el verano, cuando se haga una foto aproximada del panorama laboral de la cerámica en Castellón. El informe elaborado por Deloitte hace referencia a la necesidad de «racionalizar la producción y adecuar la plantilla al nivel de actividad operativa», una situación que ya se vivió hace como consecuencia de la recesión económica iniciada en el año 2008.

Otro de los factores en los que está inmerso el clúster provincial tiene que ver con el incremento de operaciones de concentración empresarial, interrumpidas antes de la pandemia. Una tendencia que se ve como una oportunidad para ganar peso respecto a competidores como Italia, aunque puede tener consecuencias en el tamaño de las plantillas.