«Fue un gesto más o menos desafortunado y realizado sin maldad; fue pura anécdota», señala un portavoz del grupo The Soca, que el sábado pasado protagonizó un polémico episodio con la bajada de pantalones de uno de sus miembros enseñando el trasero en un concierto realizado en la plaza Mayor. «No vamos a entrar en polémica, ya que lo que nos gusta a nosotros es tocar», advierte el portavoz de la banda. «No queríamos ofender a nadie», concreta, para añadir que «sería triste que un concierto, que fue espectacular con una plaza Mayor abarrotada, fuera recordado por un incidente que no estaba programado, ni tampoco fue realizado a sabiendas», insiste.

«Un gesto que está siendo aprovechado por los partidos políticos para echarse piedras sobre sus tejados», asegura el exponente de esta formación musical. Y que es la acción fue aireada por el grupo municipal del PP a través de las redes y en la que criticaba la «apuesta por la CUL-tura» del consistorio, patrocinador del evento musical. La edil de Cultura, Verònica Ruiz, lamenta la acción de los populares, a los que tilda de «censuradores». Ciudadanos critica el incidente y preguntará sobre qué medidas sancionadoras «emprenderá el bipartito».

«The Soca es una banda apolítica; hemos actuado en ayuntamientos de todos los colores». Una polémica que, en el fondo, lo que hace es «dañar la imagen de los grupos de música», dicen.