Como cada año, Fernando Renau se ha puesto manos a la obra y, pese a la pandemia, recoge las cañas que las brigadas municipales guardarán en un almacén a la espera de que este año se pueda organizar algún tipo de acto festivo.

Fernando Renau ya dispone de 15.000 cañas y confía recoger otras 10.000 para ponerlas a disposición del món de la festa y con la esperanza de que puedan utilizarse en el 2021. “En esta ocasión, como llovió en primavera, son más gruesas y más verdes que en el 2020. Las del pasado año, que ya estaban preparadas y arregladas, no pudieron utilizarse porque las fiestas se suspendieron días antes de la Romería con motivo de la crisis del coronavirus”, explica Renau.

Por el momento, ha cortado las cañas y en quince días estarán todas listas aunque las terminará de pelar y adecuar en cuanto se confirmen las fechas de los días festivos, quizá en el mes de septiembre o con la llegada del otoño. Mientras va arrancando con ayuda de una pequeña hacha y recogiendo, va seleccionando los juncos en función de su grosor, si bien unos serán para poner el escudo oficial y repartir entre los representantes festeros y políticos y, otros, para los vecinos en general.

Este castellonense cumple con la tradición, todos los años, de recoger las cañas en el término municipal de Castelló. Es una tarea que ya realizaba con 7 años cuando ayudaba a su padre en cortar los juncos, símbolo de las fiestas de la Magdalena. Y desde ese tiempo, y 53 años después, Fernando Renau sigue fiel a su tarea, pese al covid y a la crisis sanitaria.

Y, mientras recoge en una zona del cañar, en otra parte ya ha sembrado pequeños plantones para que, dentro de tres años, cuando crezcan, pueda haber un mayor número de estas. De lo contrario, llegaría un momento en el que no quedarían tallos.

Así pues, Castelló tendrá cañas para su futura Romeria. Un acto que el coronavirus ha frenado pero que no ha podido con la tradición castellonense de la recogida de este emblema festero y tradicional.