En verano, con el mayor tiempo de ocio y la proliferación de citas festivas, el consumo de alcohol y drogas con fines lúdicos se incrementa. Hay más movimientos de vehículos para ir de la playa a casa, a conciertos o a las fiestas de los pueblos, aumentan los desplazamientos en bicicleta... Combinaciones que a veces traen consecuencias fatales, como lo ocurrido este fin de semana en Cataluña con dos ciclistas muertos y una motorista por dos conductores que después dieron positivo en drogas y alcohol.

En el terreno más cercano, en la provincia de Castellón, las denuncias por consumo de alcohol y drogas se han incrementado en el último año. En los seis primeros meses del 2018 se cursaron 743 por este motivo, lo que supone una media de cuatro al día, cuando en el mismo periodo del año anterior fueron 632, según los datos facilitados por la Jefatura Provincial de Tráfico (DGT). Ya el año pasado se produjo una ligera subida, pasando de las 1.163 registradas en todo el 2016 a las 1.295 contabilizadas en el 2017.

‘0 ALCOHOL AL VOLANTE’

La DGT quiere transmitir el mensaje de 0 alcohol al volante, pero no solo al conductor, sino también al resto de los ocupantes del vehículo, como labor solidaria para velar para que el conductor esté en las condiciones idóneas para conducir. Además, coincidiendo con la festividad del miércoles 15 de agosto y la proliferación de fiestas, la próxima semana los agentes de la Guardia Civil realizarán controles preventivos de alcohol y drogas. Una iniciativa en la que también colaborarán las policías locales de los municipios.

El presidente de la oenegé castellonense Patim, Paco López, señala que «en verano se bebe más alcohol: la cerveza, la sangría, el tinto de verano». «Pero esas dos cañas no son tan inofensivas como nos pensamos. Con el calor, no conviene beber alcohol. Podemos provocar un pequeño atropello, o un golpe con el coche, o sufrir una bajada o una subida de tensión, o puede aumentar nuestra agresividad», apunta López, quien aboga por campañas de prevención, tanto informativas como sancionadoras. Y es que, indica este experto, «es triste, pero cuando empiezan a multar, la gente comienza a coger miedo», señala, agregando que el efecto disuasorio de ser pillado en un control se extiende también a familiares y amigos en general.

Anna Novella, presidenta de Stop Accidentes, aboga por «cero alcohol al volante» e indica que, en caso de querer consumir, que se apueste por el conductor alternativo. Y apela a la responsabilidad, pues en el tráfico «todos son parte del problema y de la solución». «Nadie piensa que le va a ocurrir un accidente, pero pasa cuando menos te lo esperas y te cambia la vida. Puedes quedarte parapléjico o morir», explica.

BLOQUEO

Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados, comenta que la vía de las multas y el Código Penal no es la solución, por lo que apuesta por la tecnología. Reivindica incorporar la obligatoriedad de que los vehículos cuenten con un dispositivo de autobloqueo, que impida el arranque si el conductor ha consumido alcohol o drogas. Una iniciativa que debería partir de la Unión Europea, porque afectaría a la fabricación de automóviles. Arnaldo, que también se suma a la tasa cero, señala que en cuanto se pone una tasa máxima el automovilista no sabe calibrar exactamente si supera o no la misma.

MÁS CONTROLES

Por su parte, la apuesta de la DGT por erradicar a los conductores que se ponen al volante tras haber ingerido algún tipo de sustancia psicoactiva es lo que ha llevado a este organismo a incrementar las sanciones y poner en el punto de mira a los reincidentes en la ley de seguridad vial. Recuerdan que las tasas máximas para conducir se sitúan en 0,25 miligramos de alcohol por litro de aire espirado para los conductores en general y de 0,15 para los noveles.

Arnaldo, en ese sentido, explica que, por lo que atañe al consumo de drogas, el aumento de denuncias a nivel nacional obedece a que se han incrementado los controles, puesto que la tasa de positivos ha disminuido.