Un tribunal de Castellón ha concedido la gran invalidez a un enfermo de fibromialgia. En concreto, la sentencia judicial emana del Juzgado de lo Social número 4 de Castellón. Es la primera vez que un tribunal reconoce la incapacidad permanente en grado de gran invalidez a un enfermo que padece este cuadro clínico. Y es que el afectado presenta sensibilidad química múltiple y electrosensibilidad. De hecho, la sentencia supone un espaldarazo a los enfermos con síndrome de sensibilidad química múltiple, una enfermedad considerada rara. El fallo judicial reconoce el derecho a percibir, además de una prestación del 100 % de su base reguladora, un complemento para pagar a una persona que les asista.

Este tipo de pacientes se ven obligados a vivir aislados por los graves efectos que la exposición a productos químicos ambientales y electromagnéticos provocan en su salud.

El afectado, Rubén F.B., ha tenido que cambiar su modo de vida. Era fontanero. Como consecuencia de la afección, tuvo que dejar su empleo. No solo eso, la enfermedad le incapacita para ejercer cualquier profesión. Además, no puede salir de casa si no es con una mascarilla de alto poder de filtrado y tiene que vivir encerrado entre las cuatro paredes de una habitación que tiene un aparato de purificación del aire.

Además, se ha tenido que trasladar a vivir a la montaña, en un espacio libre de químicos ambientales y electromagnéticos.