Dicen que lo difícil no es llegar, sino mantenerse. Lo saben empresarios, deportistas o cantantes, que en su día llegaron a lo más alto pero que también han comprobado lo complejo que resulta mantenerse. Al turismo le ocurre algo similar. Uno de los sectores clave para la economía de Castellón y que en el 2017 batió el récord absoluto de llegada de viajeros, tanto nacionales como internacionales, ve ahora como uno de sus pilares empieza a tambalearse. Y ese pilar tiene nombre y apellidos: turistas extranjeros. Mientras que la cifra de visitantes foráneos sigue creciendo en Valencia y se mantiene más o menos estable en Alicante, en Castellón patina y lo hace tras un lustro de fuerte crecimiento. ¿Es solo un tropezón o, sin embargo, hay motivos para preocuparse?

Los datos que maneja la Agència Valenciana de Turisme (AVT) son contundentes. Tras cerrar el 2017 con casi 615.000 viajeros internacionales (un 50% más que dos años antes), de enero a septiembre de este año han sido 444.028 los extranjeros que han elegido alguno de los municipios de la provincia para pasar sus vacaciones. Son un 16,2% menos que en el mismo periodo del año pasado (casi 72.000 en números absolutos), un descenso que contrasta con los buenos datos de Valencia: más de dos millones de viajeros, un 16% más.

Los viajeros han menguado y también lo han hecho las pernoctaciones (5,1 millones en los tres primeros trimestres del año, un 24,6% menos), así como el gasto turístico, que se ha quedado en tan solo 357 millones de euros, una cantidad que supone un 19,2% más baja si se compara con la del ejercicio anterior.

Se mire por donde se mire los datos no son buenos, y la primera explicación al descenso de turistas extranjeros hay que buscarla en la recuperación de los mercados internacionales que compiten directamente con Castellón, especialmente Turquía y Túnez, que tras años de bajadas por atentados e inestabilidad, han recuperado brío y han competido con precios atractivos.

Hay otro motivos que pueden explicar el descenso. «Pese a que el número de turistas extranjeros con destino a Castellón ha crecido de forma muy destacada en los últimos años, la demanda internacional todavía es minoritaria, del 14%, y menos estable», apuntan desde la AVT, donde aseguran también que los buenos resultados que sigue obteniendo Valencia están relacionados con el aumento de la conectividad aérea, mientras que en el caso de Alicante existe un altísimo grado de fidelidad al destino.

De entre todos los extranjeros que visitan Castellón, el más numeroso es el turista francés. Un dato: de los 363.000 viajeros que el año pasado se alojaron en algún hotel, apartamento o camping de la provincia, algo más de 106.000 (el 30%) procedían del país galo. Y Francia este año no está para tirar cohetes, dado que el Gobierno de Emmanuel Macron se enfrenta a la peor crisis social y política desde que llegó al Elíseo, con protestas de los llamados chalecos amarillos casi a diario. La crisis francesa se nota y eso explica porqué la cifra de pernoctaciones desde el emisor francés ha menguado este año casi un 2%. «La bajada del mercado francés se ha hecho más evidente a partir de septiembre», argumentan desde el departamento que dirige Francesc Colomer.

El turista francés viene menos a Castellón y una de las claves para recuperar el terreno perdido este año pasa por potenciar el aeropuerto de Vilanova d’Alcolea. Lo explicaba hace tan solo unos días Andrés Martínez, responsable de Turismo en la Diputación de Castellón. «Para que lleguen más extranjeros hay que incrementar las conexiones aéreas, puesto que las comunicaciones son el primer factor de competitividad de un destino. Los turistas cada vez fragmentan más sus vacaciones en varios periodos al año, pero más cortos. Esto hace que los tiempos de desplazamiento al lugar de vacaciones tengan que ser lo más breves posible», defiende. Martínez confía en que la nueva ruta que desde abril conectará Castellón con Colonia puede suponer más turistas alemanes para la provincia. En 2017 algo más de 45.000 alemanes se alojaron en Castellón, más de la mitad en cámpings.

El turismo extranjero pierde fuelle este año y el nacional, también, aunque lo hace en mucha menor proporción. Hasta octubre, y según la última estadística del INE, 1.382.746 viajeros de otras provincias del país se alojaron en algún hotel, apartamento o cámping de la provincia. Suponen un 4% menos que los que lo hicieron el año pasado.