Los efectos del cambio climático en el campo son una de las grandes preocupaciones de los agricultores de Castellón. El propio secretario técnico de la Federación Provincial de Agricultores y Ganaderos (Fepac-Asaja), Doménec Nàcher, reveló a Mediterráneo que este año estaban buscando variedades que florezcan más tarde para evitar pérdidas derivadas del calentamiento global del planeta, que tiene consecuencias muy negativas en la producción.

Es por esto que los investigadores de la UJI Vicent Arbona y Sara Izquierdo Zandalinas han descubierto que el pie citrange carrizo (el empleado en la mayor parte de las variedades citrícolas cultivadas en la provincia) parece ser el más tolerante a la combinación de sequía y calor --los dos principales estreses a los que se enfrentan los naranjos-- que el denominado mandarino cleopatra.

“La falta de recursos hídricos y las elevadas temperaturas se han estudiado aisladas, pero debemos tener en cuenta que a veces son simultáneas. Y decidimos combinar ambos estreses y comprobar sus efectos”, señala Izquierdo.

“Las principales causas de esta mayor tolerancia y resistencia del citrange carrizo apuntan a un aumento de la transpiración, que daría lugar a una menor temperatura en las hojas del árbol, unida a una menor incidencia del estrés oxidativo del mismo”, argumentó Vicent Arbona.

GENÉTICA // El estudio pionero abre el horizonte para saber “hacia dónde deben avanzar los patrones de cítricos con factores reales para que tengan una mayor resistencia a las condiciones climáticas más extremas que se prevén para la zona de Castellón”, indicó Izquierdo, quien subrayó las grandes posibilidades que ofrecen las técnicas de mejora genética y cultivos biotecnológicos. H