Este lunes se hizo público que el escritor valenciano de novela histórica Santiago Posteguillo es el nuevo ganador del Premio Planeta con la obra ‘Yo, Julia’. Profesor de la Universitat Jaume I, dentro del departamento de Estudios Ingleses, donde imparte clases fundamentalmente de literatura inglesa, hizo gala de su vinculación con el centro castellonense luciendo un pin de la UJI que ha dado así la vuelta al mundo.

Docente de la UJI desde noviembre de 1992 -son por tanto 26 años los que lleva impartiendo clases en el centro, lo que implica que lo haga desde prácticamente los inicios de la universidad, que ha cumplido recientemente 27 años-, el flamante Premio Planeta imparte este año cinco asignaturas: Nociones Básicas de la Lengua Inglesa, Introducción a la Literatura Inglesa, Literaturas del Mundo en Lengua Inglesa, Trabajo de Final de Grado, así como Literatura Angloamericana y su relación con otras artes.

Ante muchas personalidades

El profesor de la Universitat Jaume I recogió el trofeo -acompañado de 601.000 euros-, con un pin de la UJI en una imagen que ha llenado de orgullo a sus compañeros y alumnos. A la gala no faltaron el ministro de Cultura, José Guirao, con la directora general del Libro, Olvido García Valdés; las alcaldesas de Barcelona y de L’Hospitalet de Llobregat, Ada Colau y Núria Marín, y los expresidentes de la Generalitat Artur Mas y José Montilla.

El libro premiado del autor -todo un superventas en el terreno de la novela de romanos, su gran especialidad-, tiene, como protagonista a una mujer muy poderosa, o que por lo menos luchó mucho por serlo, la emperatriz Julia Domna, que en el año 190 después de Cristo obtuvo un inmenso poder como esposa del emperador Septimio Severo.

Nacido en València en 1967, Santiago Posteguillo ve así reconocida su exitosa trayectoria con la pluma con una novela en la que el escritor no se ha apartado del poder y sus luchas intestinas para relatar la agitada vida de la que llegaría a ser madre del emperador Caracalla.

El argumento facilitado por la editorial y que se presentó bajo el título de El ascenso no ofrecía el menor indicio de que aquello fuera a ser un drama histórico: «El ascenso fulgurante de una mujer en un mundo de hombres que luchan por el poder político y que piensan que el liderazgo solo le corresponde a ellos». Aunque separadas por casi 20 siglos, lo que son las cosas, ese argumento vale tanto para una matrona romana como para una mujer actual que está interesada en competir en su trabajo.