El objetivo es empoderar a las mujeres mayores de 65 años, que están en situación de mayor vulnerabilidad por, entre otras cuestiones, la falta de apoyos y el hecho de verse obligadas a subsistir con pensiones muy bajas. Sobre esta premisa trabaja la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, tras conocer las conclusiones a las que llega el estudio realizado por la Universitat Jaume I de Castelló que sirva de base para la elaboración del Plan de Envejecimiento Activo de la Comunitat Valenciana.

En este trabajo de campo han participado 625 personas mayores de 50 años, pertenecientes a 33 municipios diferentes. El estudio concluye que este factor económico es «crucial y afecta significativamente el resto de esferas de la vida de las personas mayores y, por lo tanto, sus opciones para gozar de un envejecimiento digno y activo se ven drásticamente reducidas y, en consecuencia, el envejecimiento deja de ser digno y activo».

El secretario autonómico de Igualdad y Diversidad, Alberto Ibáñez, ha destacado la ley de la Renta Valenciana de Inclusión, que prevé una ayuda complementaria para aquellas personas que perciben unas prestaciones más bajas, y que va destinada principalmente a mujeres que cobran pensiones reducidas. Se trata de cerca de 160 euros mensuales, a los que también se puede añadir una subvención para el pago de la vivienda, el agua o luz.