¿Cómo eran los insectos que convivían con los dinosaurios? Una investigación en la que participa la UJI arroja novedades sobre los insectos que polinizaban plantas hace 105 millones de años, en el cretácico.

La clave radica en un insecto fósil conservado en ámbar descubierto en Peñacerrada (Álava).

El escarabajo en cuestión se llama Darwinylus marcosi, inspirado en la pasión que el naturalista inglés Charles Darwin sentía por estos insectos.

Su hallazgo representa la primera evidencia científica de un nuevo patrón de polinización en insectos en el Cretácico medio, según un artículo de la revista Current Biology publicado por investigadores de la Universidad de Barcelona, la Universitat Jaume I de Castelló y el Instituto Geológico y Minero de España, en colaboración con expertos del Museo Smithsoniano y la Universidad de Harvard en los Estados Unidos.

En aquella época (hace unos 105 millones de años) no existían ni hormigas, ni abejas ni mariposas con espiritrompa.

Pero ¿qué plantas vivían en aquella era? La mayoría de ecosistemas terrestres estaban dominados por plantas sin flores. Estas plantas, que eran principalmente coníferas, son en la actualidad generalmente polinizadas por el viento.

Durante el Cretácico medio, se produce el proceso de transición hacia los paisajes terrestres actuales dominados por las plantas con flor, un nuevo linaje de plantas de crecimiento rápido y muy adaptable a todo tipo de ambientes.

EL ESCARABAJO QUE POLINIZABA PLANTAS SIN FLORES

El escarabajo objeto de la investigación fue encontrado en una pieza de ámbar en la localidad de Peñacerrada (Álava), junto a 126 granos de polen. Algunos de ellos todavía permanecían pegados a su cuerpo. En la actualidad dicho escarabajo se alimenta exclusivamente del polen y néctar de las flores .

Esta especie descubierta abre una nueva frontera al estudio de la polinización en unos ecosistemas boscosos que llegaron a dominar los dinosaurios.

«Inicialmente, se pensó que este grupo de escarabajos desempeñó ya una función polinizadora entre las primeras angiospermas que se desarrollaron durante el Cretácico, ya que en los mismos niveles del ámbar se encuentra polen y hojas de angiospermas.

Sin embargo, el hecho de que los granos de polen asociados fuesen de una planta sin flores fue una gran sorpresa para todo el equipo investigador», destaca el profesor Xavier Delclòs, de la Facultad de Ciencias de la Tierra y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona.

El gran éxito evolutivo de las plantas con flores

UNA ESPECIE ÚNICA

«Los fósiles encontrados en piezas de ámbar del norte peninsular son un registro único en el mundo. En este caso concreto se trata del único escarabajo fósil conocido que se ha encontrado fosilizado junto con granos de polen de la planta que polinizaba".

Estos descubrimientos parecen corroborar que las plantas con flores pudieron hacerse valer de los insectos polinizadores de gimnospermas ya existentes, que junto a un crecimiento más rápido y un ciclo de vida más corto, confirió a las angiospermas una ventaja crucial hasta nuestros días», explica el investigador David Peris, miembro de la Universitat Jaume I de Castelló y doctorado en la Universidad de Barcelona con una tesis sobre paleobiología de coleópteros.

Todo apunta al hecho de que la coevolución entre plantas con flores e insectos polinizadores no se había producido todavía hace 105 millones de años. Además, algunos de los insectos que polinizaban las gimnospermas, —como los insectos tisanópteros y los escarabajos oedeméridos— se adaptaron posteriormente a polinizar angiospermas. Según los expertos, se trata de una adaptación oportunista, ya que las flores de las angiospermas empezaron a ofrecer mejores nutrientes y ser más eficaces atrayendo a los insectos con formas sugerentes, intensos olores y vivos colores.