Ya desde el nombre de su candidatura, Nueva Alternativa Colegial, José María Breva buscaba transmitir la idea de que, con él, el Colegio de Médicos de Castellón (Comcas) iba a afrontar una etapa de renovación completa. Y lo va a hacer finalmente desde su cargo de presidente de la institución, al que ha llegado tras imponerse el pasado martes en las elecciones a la otra candidata, Marta Faubel. Tras 16 años de gestión de José Antonio Herranz, comienza una aventura para la que se siente muy preparado.

--Se presentó a estas elecciones como el candidato del cambio. ¿Qué cree que hay que cambiar?

--Al final son etiquetas que pueden ser acertadas o no. Efectivamente, nuestro programa era totalmente renovador y así lo han juzgado los médicos de la provincia. Y hay mucho por hacer, empezando por la mayor democratización del colegio y un sistema de acceso mucho más cercano y telemático, no solo para recibir informaciones, sino para opinar, decidir y, en el futuro, hasta votar. Ya no vale con presentarse cada 4 años y decir lo mismo. Desde ahora queremos que los programas se cumplan y para ello estamos trabajando desde el pasado día 5 de junio. El colegio necesita modernizarse tanto en materia de participación como en su digitalización, y en este último aspecto abordaremos la modificación de los estatutos para crear unas bases electorales más justas.

--Uno de los elementos en los que han insistido las dos candidaturas es en la apatía de los médicos con el colegio, la falta de interés. ¿Cómo corregirlo?

--Fomentando la participación y poniendo los medios necesarios. La diferencia entre hablar de la apatía para justificarla o hablar de ese desapego para combatirlo es que nuestro equipo está ya al frente del colegio, formando grupos de trabajo para mejorar esta situación. La participación de un 40% de los médicos en las elecciones no ha sido casualidad; la hemos provocado con trabajo. Los médicos han demostrado que sí les interesa su colegio cuando la propuesta es renovadora.

--Durante la campaña, ‘Mediterráneo’ publicó el problema que tiene la provincia de Castellón con la falta de médicos jóvenes con respecto a los que se jubilarán en la próxima década. ¿Cómo solucionar este problema?

--Nos preocupa sobremanera y tenemos que posicionarnos a favor de un cambio de modelo que paulatinamente vaya adaptando la realidad de la profesión a la realidad asistencial. Un tercio de los médicos son mayores de 55 años, mientras que un médico joven tarda 10 años en formarse. Es decir, los MIR de hoy no serán suficientes para cubrir las jubilaciones de dentro de un lustro. Con el MIR además hay un embudo y la administración debe abordar este problema de manera urgente.

--Un problema es la fuga de médicos jóvenes a otras zonas de España y a otros países. ¿Cuáles son sus reivindicaciones?

--Son problemas íntimamente relacionados. Cada año se marchan de España más de 3.000 médicos, mientras en muchas provincias como Castellón resulta que hay médicos trabajando en precario y esperando sustituciones que no llegan porque no se cumple la normativa de cupos adicionales. En el nuevo equipo de gobierno del Colegio Oficial de Médicos los jóvenes, entre ellos muchas mujeres, están por su valía y no por cubrir ninguna cuota, y trabajan desde ya para proponer soluciones. No está solo en nuestras manos, pero el papel del Comcas está claro: sugerir acuerdos, denunciar situaciones injustas y defender a estos profesionales.

--¿Hace falta una sede nueva?

--Creo que este será un debate del futuro; hoy está caducado. La anterior directiva apostó por echar

un pulso a los colegiados y estos han respondido en las urnas. La sede a toda costa no tiene lugar. Las actuales instalaciones son las que tenemos, las mejoraremos y trataremos de llenar el colegio. Cuando se queden pequeñas no habrá problema en plantear el traslado. Hoy por hoy, los votos democráticos han dicho que no y no vamos a volver a someterlo al juicio de los colegiados.

--Durante la campaña hubo problemas con el censo e incluso el Colegio mandó una nota advirtiendo de que se podía estar infringiendo la ley de protección de datos. ¿Cómo vio la polémica?

--Como un juego sucio del pasado, herencia de otra manera de trabajar. Tratamos de hacer público lo que sucedía y poca gente nos dio credibilidad. Por suerte los médicos sí creyeron en la verdad. Ni se infringió la ley orgánica de protección de datos ni jamás hubo ninguna advertencia de la Agencia Estatal de Protección de Datos y sin embargo hubo quien lo difundió. Vamos a cerrar esta polémica de manera muy sencilla, han pasado cosas que no dejaremos que vuelvan a pasar en las próximas elecciones y vamos a profesionalizar nuestros medios de comunicación para dar transparencia.

--La participación en los comicios fue del 38%. ¿Está satisfecho con ella?

--Muy satisfecho. Sin que suene un guiño frívolo, ha sido como aplicar al colegio el desfibrilador del prestigio profesional y hemos logrado que vuelva a su ritmo sinusal. Ahora su corazón late con la fuerza de un 38% de médicos implicados en su reconversión y eso nos da una ilusión enorme. La mayoría de votos han sido para nosotros, pero todos los que acudieron a las urnas forman parte ya de este proyecto. Ahora tenemos que cuidar que se mantenga el interés y no se vuelva nunca al 8% de participación.

--Es habitual que durante el otoño y el invierno se produzcan colapsos en los ambulatorios de Castellón. ¿Falta personal?

--En Atención Primaria el problema va más allá de la falta de personal. Hay médicos esperando sustituciones y no llegan, no les llaman para cubrir puestos pese a que los ambulatorios tiene bajas por distintos motivos que no se sustituyen, se carga el trabajo sobre las espaldas de otros médicos que tienen que atender a sus pacientes y a los pacientes del compañero de baja. Esto perjudica la calidad asistencial a largo plazo; no es lo mismo tener que atender 30 pacientes que a 60.

--Para acabar, diga tres cosas que hará durante su mandato.

--Aumentar la participación de los colegiados en el día a día, modernizar la institución y, sobre todo, devolverle la utilidad que necesita una institución gremial. Los tiempos han cambiado y hay que venir al colegio a formarse, a decidir y a trabajar por erradicar problemas como las agresiones al personal, el empleo precario o la dispersión geográfica.