La tecnología ha provocado grandes avances en todos los campos habidos y por haber. Embriones artificiales, inteligencia artificial, agua en Marte o, sin ir más lejos, nuestros ‘smartphones’, que son capaces de realizar más tareas que varios electrodomésticos juntos hace 25 años. Sin embargo en la era 2.0 todavía restaba un producto por modernizar… hasta ahora. Estamos hablando del carajillo o ‘cremaet’, como prefieran, una de las bebidas más asociadas a la provincia de Castellón, que está experimentando toda una revolución en el Bar Casa Xavi de Almassora.

“Desde que instalamos la máquina hace tres meses es casi la atracción del pueblo. Vienen a hacerle fotos, vídeos…”, reconoce Xavi Sifre, que destaca las ventajas de tener en su establecimiento una máquina para automatizar el proceso de elaboración del ‘cremaet’: “Es una maravilla porque te quita mucha faena. Un día normal puedo hacer hasta 50 carajillos y ahora solo tienes que calentarlo, ponerlo en la máquina y unos minutos después ya está listo. Antes todo ese tiempo tenías que estar tú removiendo y así puedes servir al resto de la clientela”.

El origen de ‘La Carajillera’ está en Borriol, donde Sergio, su inventor, la ideó y patentó. “Tiene una pequeña fábrica y la verdad que desde que la tengo me funciona perfecta”. Xavi, eso sí, conserva la fórmula secreta de los ‘cremaets’: “Los preparo con lo que quiera el cliente, coñac, ron, whisky o anís. Después le ponemos azúcar, canela, limón y granitos de café, pero las proporciones me las guardo”.