La Unió de Llauradors denuncia que las diversas heladas registradas durante este mes de abril han dañado el cultivo del almendro, con unas pérdidas medias en el conjunto de zonas productoras de un 50% y que podrían ser superiores a los 14 millones de euros. En las comarcas de Castellón la situación es irregular, según la organización agraria. «Dependiendo de las poblaciones los daños provocados por la meteorología son unos u otros --cuanto más al norte, son menores--. En el Maestrat o la Plana Baixa incluso esperan buena cosecha», apuntan. La principal afección, insisten, se encuentra en la comarca de la Plana Alta, sobre todo en las variedades más tardías.

«La marcona, una variedad muy extendida, ha aguantado mejor las bajas temperaturas por encontrarse en un estado fenológico menos sensible», indican desde la Unió que dirige Carles Peris desde finales del 2018.

Con la situación de la Comunitat la organización prevé que la cosecha no llegue a las 3.500 toneladas de almendra en grano --cuando en la pasada campaña ascendió a 6.500--. A las heladas, hay que añadir la sequía que arrastra el interior autonómico y que esperan se mitigue con las últimas precipitaciones.

Las elevadas temperaturas del pasado invierno provocaron un adelanto de la floración y preocupación entre los productores al ver que quedaba por delante una larga temporada con posibilidad de heladas. «Desgraciadamente, los vaticinios se han cumplido y las heladas de las últimas semanas han conllevado daños generalizados y abundantes en la práctica totalidad de las comarcas productoras --excepto en el norte de Castellón--», matizan.

En Valencia, las heladas han sido generalizadas en la comarca de Utiel-Requena.